Una Nueva Vida Capitulo 9: ¡Kazim está atacando a Seyran!
Una nueva vida: Una Nueva Vida Capítulo 9: ¡Kazim está atacando a Seyran!
Escena 1: EN EL CONSEJO – La Furia del Abuelo y la Partida de Ferit
[CAMBIO DE ESCENA] La mañana de la junta directiva en las oficinas centrales de Korhan en Estambul. Es un ambiente tenso y frío. HALIS AĞA (El patriarca, viejo y temido) preside la mesa, su rostro es granítico. Ferit está a su lado, luchando por concentrarse.
HALIS AĞA (su voz es un rugido bajo):
“Ferit, deja de soñar despierto. Esta es la junta directiva, no un salón de té. ¿Qué está pasando contigo? Desde que regresaste de Gaziantep, estás distraído. ¿Acaso crees que este imperio se construyó con lazos románticos y distracciones? ¡Concéntrate!”
La crítica pública avergüenza a Ferit, pero la culpa por Suna le pesa más.
FERIT (se obliga a hablar):
“Lo siento, abuelo. Estoy concentrado. El informe de distribución en Anatolia es… prometedor.”
De repente, el teléfono de Ferit vibra con urgencia. Es un mensaje de texto de Hatice Ağa, que ha regresado a Estambul y está en la mansión. Solo dos palabras: “Kazim. Peligro.”
Ferit se pone pálido. Sabe que el padre de Seyran, KAZIM (el hombre cruel y temperamental), es capaz de todo.
FERIT (se levanta abruptamente, ignorando el protocolo):
“Abuelo, con su permiso. Tengo una emergencia personal ineludible. Es sobre Seyran. No puedo esperar.”
Halis Ağa lo mira con una furia silenciosa que podría congelar el Mar de Mármara, pero la mención de Seyran, el eslabón que mantiene la paz, le hace dudar.
HALIS AĞA:
“Ve. ¡Pero si esto es una excusa, Ferit, juro por Dios que te arrepentirás!”
Ferit sale corriendo, dejando el caos de la sala de juntas atrás.

Escena 2: EN EL APARTAMENTO – El Regreso del Terror
[CAMBIO DE ESCENA] El apartamento de Ferit y Seyran en Estambul. La puerta de entrada ha sido forzada, los marcos están dañados. La sala está patas arriba, los muebles volcados. El aire huele a miedo.
SEYRAN (está acorralada cerca de la cocina, tratando de protegerse con una silla. Su rostro, normalmente fuerte, está pálido de terror). KAZIM está frente a ella, su rostro hinchado de rabia incontrolable.
KAZIM (grita, su voz es violenta y quebrada):
“¡Me has avergonzado, Seyran! ¡Avergonzado! ¡Tú y tu estúpida arrogancia de Estambul! ¿Crees que por casarte con un Korhan te has librado de tu padre? ¿Crees que no me enteraría de la junta directiva y tu intento de influir en ese viejo Halis?”
SEYRAN (su voz tiembla, pero intenta mantener la firmeza):
“No he hecho nada, padre. Solo he defendido mi posición. Y no tienes derecho a entrar aquí. ¡Esta ya no es tu casa! ¡Soy la esposa de Ferit Korhan!”
KAZIM:
“¡Esposa! ¡Tú eres mi hija! ¡Y yo soy tu dueño! ¡Y yo soy el que decide dónde te metes y a quién obedeces! Eres una desagradecida. ¡Y me vas a pagar esta humillación! ¡Me has hecho parecer débil ante todos en Gaziantep!”
Kazim da un paso rápido hacia ella. Seyran levanta la silla, temblando.
SEYRAN:
“¡Aléjate! ¡O juro que gritaré! ¡Los vecinos oirán!”
KAZIM:
“¡Grita! ¡Grita fuerte, así todos sabrán que tan descarada eres! Has olvidado tu lugar. ¡Y te voy a recordar quién soy yo!”
Kazim agarra la silla y la arroja con fuerza, golpeando la pared. Seyran grita, un sonido agudo y lleno de miedo. Kazim se abalanza sobre ella, la agarra del brazo con una fuerza brutal y la sacude violentamente.
KAZIM:
“¡Tú vienes conmigo! ¡De vuelta a Gaziantep! ¡De vuelta a la casa de tu padre! ¡Se acabó este juego!”
Escena 3: LA LLEGADA DEL SALVADOR – El Grito de Ferit
[CAMBIO DE ESCENA] Justo en ese momento de máximo peligro, la puerta principal, que estaba entreabierta por el impacto anterior, se abre de golpe.
FERIT (entra corriendo, sus ojos se clavan en Seyran, que está llorando y luchando por liberarse de su padre. La visión de Kazim tocando a su esposa, a la mujer que apenas empieza a amar, desata una furia primigenia en él. Grita un nombre que es una advertencia y una amenaza):
“¡KAZIM!”
Ferit se lanza a través de la habitación, sus ojos arden de rabia. Kazim, sorprendido por la llegada del heredero Korhan, suelta a Seyran.
KAZIM (tartamudea, intentando recuperar la compostura):
“Ferit… Ferit, hijo. Es un asunto familiar. Estoy… disciplinando a mi hija. Ella necesita aprender a respetar a su padre.”
Ferit se para entre ellos. Su aliento es pesado, su rostro está rojo de ira. Se interpone entre Seyran y su padre, protegiéndola con su cuerpo.
FERIT (con una voz profunda y peligrosa que Kazim nunca le había oído):
“¡No te atrevas a llamarla ‘mi hija’ nunca más! ¡Y no vuelvas a ponerle una mano encima! ¡Esta es mi esposa! ¡Y esta es mi casa! Y aquí, yo soy el único que tiene autoridad sobre ella.”
Señala la puerta con un gesto brusco.
FERIT:
“¡Sal de aquí, Kazim! ¡Sal de mi casa! ¡Ahora! Antes de que llame a la policía y te acuse de allanamiento de morada y agresión. Y te juro que si vuelves a acercarte a Seyran, si la miras mal, si le hablas en ese tono, te destruiré a ti y a todo lo que tienes. ¿Me has entendido?”
Kazim, enfrentado a la ira fría de un Korhan, un hombre que no tiene nada que perder, se retira, su ira sustituida por el miedo. Recoge sus cosas y se va, mascullando maldiciones, pero sin mirar atrás.
Ferit se da la vuelta, su furia se disipa inmediatamente, dejando solo preocupación. Seyran está temblando. Él se acerca a ella, toma su rostro entre sus manos.
FERIT:
“Seyran. Seyran. ¿Estás bien? ¿Te ha hecho daño?”
Seyran lo mira. Su héroe. El hombre que la había decepcionado y a quien apenas conocía, pero que había acudido a rescatarla, sin preguntar, con una furia protectora que nunca había experimentado. Las lágrimas ruedan por sus mejillas. Ella no responde con palabras, sino que se lanza a sus brazos, abrazándolo con una desesperación que habla de años de terror.
SEYRAN (solloza en su pecho):
“Ferit… Tenía tanto miedo…”
Ferit la abraza con fuerza, cerrando los ojos. El beso con Suna. La culpa. Todo desaparece. En este momento, solo hay una verdad: ella es su esposa, y él la protegerá. Es en esta caótica, aterradora realidad donde su amor, finalmente, puede comenzar a florecer.