Una Nueva Vida Capitulo 12: ¡Halis echa a Ferit de casa!
💔 Una Nueva Vida Capítulo 12: ¡Halis echa a Ferit de casa!
La tarde cayó como un presagio oscuro sobre la mansión Korhan. El breve triunfo de la unión entre Ferit y Seyran se había desvanecido. El detonante fue la portada de una revista amarillista que acababa de llegar a la mansión, mostrando fotografías comprometedoras de Ferit en una discoteca de lujo, tomadas antes de su breve “exilio”, pero publicadas estratégicamente por un rival de la familia.
La escena era en el gran salón. Halis Ağa, con el rostro lívido, sostenía la revista abierta. La furia que emanaba era física, opresiva. Ferit y Seyran estaban de pie frente a él, Seyran temblando visiblemente.
HALIS AĞA
(Su voz era un trueno que resonaba en las paredes de mármol. Señalando la foto de Ferit con una joven desconocida)
¡Miren esto! ¡Miren la ‘verdad’ de su poderosa atracción! ¡Mientras yo me juego la reputación de mi nombre por ustedes, mi nieto se comporta como un mafia boy de la calle! ¿Es esta la madurez que me prometiste, Ferit?
FERIT
(Intentando defenderse, con la frustración grabada en su rostro)
¡Abuelo, esa foto es antigua! ¡La tomaron antes de que decidiera cambiar! ¡Alguien la ha filtrado a propósito para hacernos daño!
HALIS AĞA
(Arrojando la revista al suelo con violencia)
¡No me importa cuándo fue tomada! ¡Importa que tu nombre, el nombre Korhan, esté asociado a la deshonra! ¡Importa que la prensa se burle de mi autoridad! ¿Y la promesa que me hiciste, Ferit? ¿La has olvidado ya?
SEYRAN
(Se adelanta, su voz firme a pesar del terror, intentando proteger a su marido)
Ağa, por favor, créale. Ferit ha estado trabajando día y noche. Es una trampa. No podemos dejar que el enemigo nos separe por una simple fotografía.

HALIS AĞA
(Mira a Seyran con una dureza implacable)
¡Tú! ¡Tú eres la que le da fuerzas para desafiarme! ¡Tú eres la que le hace creer que es intocable! Ya no más. He tolerado demasiado.
Halis Ağa se levantó de su sillón, su figura imponente se cernía sobre ellos.
HALIS AĞA
(Cada palabra era una sentencia, lenta y dolorosa)
He tomado una decisión. Una que debí haber tomado hace mucho tiempo. ¡Ferit! No puedes vivir bajo mi techo mientras deshonras mi nombre y mi autoridad. No hasta que demuestres, con hechos y no con palabras, que has cambiado de verdad.
Ferit palideció, pero había un brillo desafiante en sus ojos.
FERIT
(Con la voz tensa)
¿Qué quiere decir, abuelo?
HALIS AĞA
(Señala la puerta principal. El gesto es definitivo, irrevocable)
Vete. Te echaré de esta casa. No volverás a dormir aquí. Seguirás trabajando en la empresa, para que no digan que te he abandonado, pero te buscarás una vida fuera de la mansión. Sin lujos, sin privilegios. Vive la vida que dices querer. Solo y sin la sombra protectora de tu apellido.
El golpe fue devastador. Ser expulsado de la casa era la máxima humillación en la cultura Korhan, un acto que lo despojaba de su estatus social y de la protección familiar.
SEYRAN
(Lanza un grito ahogado. Se gira hacia Halis Ağa, suplicante)
¡No! ¡Ağa, por favor! ¡Si lo echa, me iré con él! ¡Somos un matrimonio!
HALIS AĞA
(Con una sonrisa fría. La trampa se había cerrado)
No. Tu lugar es aquí, Seyran. Tienes un compromiso con esta familia. Eres mi nieta política, y tu obligación es quedarte y mantener la dignidad de nuestro nombre. Si Ferit se va, se va solo. Es parte de su castigo.
El plan de Halis Ağa era diabólico: separar a la pareja para romper su recién forjada alianza. O, peor aún, poner a prueba el compromiso de Ferit, obligándolo a elegir entre su libertad y su esposa.
Ferit miró a Seyran. Sus ojos se encontraron. La atracción, el amor, la desesperación… todo se mezcló. Si se iba, la dejaría vulnerable. Si se quedaba, perdería toda su credibilidad.
FERIT
(Con la barbilla alta, a pesar del dolor. Su decisión fue instantánea)
Bien. Si así lo quiere. Pero le advierto, abuelo: el Korhan que saldrá por esa puerta, no será el mismo que regresará.
Se acercó a Seyran, tomó su rostro entre sus manos y la besó con una pasión desesperada, un beso de despedida y de promesa, frente a toda la familia. La intensidad del momento hizo que los demás desviaran la mirada.
FERIT
(Susurrando a Seyran, su frente pegada a la de ella)
Aguanta. Por favor, sé fuerte. Esto no nos va a separar. No importa dónde viva, siempre estaré contigo.
Luego, sin mirar atrás, sin despedirse de nadie más, Ferit tomó su abrigo y una pequeña maleta que había preparado. Abrió la puerta principal y salió, dejando tras de sí el eco de sus pasos y el silencio estupefacto de la mansión.
Seyran se quedó inmóvil, mirando la puerta cerrada. Estaba atrapada en la mansión, pero su corazón acababa de cruzar el umbral con él. La separación forzada era la prueba de fuego para su amor.
Próximo avance: ¿Te gustaría que escribiera el siguiente capítulo sobre la vida de Ferit en su nuevo y humilde apartamento y cómo Seyran intenta verlo a escondidas?