Una Nueva Vida 60: La traición que rompe el alma de Ferit! El amor no basta…..

El sol se ocultaba tras las montañas, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y morados. Ferit se encontraba en la terraza de su casa, contemplando el horizonte con la mente llena de pensamientos oscuros. Había pasado un tiempo desde que su vida se había convertido en un torbellino de emociones, y la traición que había sufrido lo estaba consumiendo por dentro.

A New Life 60: The Most Painful Goodbye: Seyran and Ferit Break Their  Destiny! - YouTube

Desde que conoció a Seyran, su vida había tomado un giro inesperado. Su amor había sido intenso, lleno de pasión y promesas de un futuro juntos. Sin embargo, la sombra de la traición se cernía sobre ellos, y Ferit no podía sacudirse la sensación de que todo lo que había construido estaba a punto de desmoronarse.

La puerta se abrió y Seyran apareció, con una expresión de preocupación en su rostro. “Ferit, ¿estás bien? Te he estado buscando”, dijo, acercándose lentamente.

Él la miró, sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y desconfianza. “¿Bien? ¿Cómo puedo estar bien cuando todo lo que creía ha resultado ser una mentira?”

Seyran frunció el ceño, confundida. “¿De qué estás hablando? ¿Qué ha pasado?”

“Lo sé todo, Seyran. Sé sobre tus conversaciones con mi hermano. Sé que has estado hablando con él a mis espaldas”, dijo Ferit, su voz temblando de rabia contenida.

Seyran dio un paso atrás, su mirada se ensombreció. “Ferit, por favor, déjame explicarte. No es lo que piensas.”

“No es lo que pienso, es lo que sé”, interrumpió él, su corazón latiendo con fuerza. “¿Cómo pudiste traicionarme así? ¿Cómo pudiste hablar con él, sabiendo lo que siento?”

“Era solo una conversación. No significaba nada”, respondió ella, su voz temblando. “Estaba tratando de entender la situación. Tu hermano ha estado en problemas, y yo solo quería ayudar.”

“¿Ayudar? ¿Eso es lo que llamas traicionar mi confianza? No puedo creer que estés defendiendo eso”, dijo Ferit, sintiendo cómo la ira y la tristeza se entrelazaban en su pecho.

Seyran se acercó, intentando tomar su mano, pero él se apartó. “No, no puedes tocarme. No después de lo que hiciste.”

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Seyran. “Ferit, por favor. Te amo. No quise que esto sucediera. Solo quería hacer lo correcto.”

“¿Hacer lo correcto? ¿Hablar con el hombre que ha intentado destruir nuestra relación? No puedo seguir así. Esto me rompe el alma”, dijo Ferit, su voz se quebró.

El silencio se apoderó de la habitación, y ambos se miraron, sintiendo la distancia que se había creado entre ellos. Ferit sintió cómo el peso de la traición lo aplastaba, y su corazón se sentía como un cristal roto.

“¿Qué quieres que haga? ¿Que me aleje de ti? ¿Que te deje por completo?” preguntó Seyran, su voz llena de desesperación.

“Quizás eso es lo que necesito. No sé si puedo confiar en ti después de esto”, respondió Ferit, sintiendo que cada palabra era como un puñal en su corazón.

Seyran se desmoronó. “Ferit, por favor. No puedes dejar que esto nos destruya. Luchamos tanto por nuestro amor. No dejes que una conversación arruine todo.”

“¿Y si esa conversación fue solo el comienzo? ¿Y si hay más cosas que no sé? No puedo vivir con la incertidumbre, Seyran. El amor no basta si no hay confianza”, dijo él, sintiendo que su voz se apagaba.

Seyran se arrodilló, sus lágrimas cayendo al suelo. “Te prometo que no hay nada más. Solo tú en mi corazón. No quiero perderte.”

Ferit sintió un tirón en su corazón al verla así, pero la traición era un veneno que había comenzado a correr por sus venas. “No sé si puedo seguir adelante. Cada vez que te miro, veo la sombra de lo que hiciste.”

La angustia llenó el aire, y Seyran se quedó sin palabras. La lucha entre el amor y la traición se desató en sus corazones, y ambos sabían que el camino por delante sería difícil.

“Necesito tiempo”, dijo finalmente Ferit, su voz apenas un susurro. “Tiempo para pensar en lo que ha pasado y en lo que realmente quiero.”

Seyran asintió, su rostro empapado en lágrimas. “Haré lo que necesites. Pero por favor, no me dejes. Lucharé por nosotros.”

“Luchar por nosotros no significa nada si no puedo confiar en ti”, respondió Ferit, sintiendo cómo el dolor se multiplicaba en su pecho. “Debo alejarme para poder ver con claridad.”

Con esas palabras, Ferit se dio la vuelta y salió de la habitación, dejando a Seyran sola en la penumbra. Cada paso que daba se sentía como un adiós, y su corazón se rompía con cada latido.

Mientras caminaba por la calle, la noche se cernía sobre él, y la soledad lo envolvía. Pensó en todos los momentos felices que habían compartido, en las promesas que se habían hecho y en cómo todo había cambiado en un instante.

La traición había dejado una marca indeleble en su alma, y Ferit se preguntó si alguna vez podría sanar. El amor que había sentido por Seyran se había visto empañado por la desconfianza, y no sabía si podría volver a encontrar la paz.

Al llegar a un pequeño parque, se sentó en una banca, sintiendo el frío del metal bajo su piel. Miró las estrellas, buscando respuestas en el vasto cielo, pero solo encontró más preguntas. ¿Podría perdonar? ¿Podría olvidar? ¿O estaba destinado a vivir con el dolor de la traición para siempre?

Mientras tanto, en la casa, Seyran se encontraba en un mar de confusión y tristeza. No podía comprender cómo todo había llegado a este punto. Sabía que había cometido un error, pero su amor por Ferit era verdadero. ¿Cómo podía demostrarle que su corazón le pertenecía por completo?

Las horas pasaron, y la noche se convirtió en un manto de silencio. Ferit sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía, y el eco de las palabras de Seyran resonaba en su mente. “Te amo. No quiero perderte.” Pero, ¿era suficiente? ¿Podría el amor superar la traición?

Mientras el amanecer comenzaba a asomarse en el horizonte, Ferit sabía que debía tomar una decisión. La vida sin Seyran era una vida vacía, pero la sombra de la traición lo perseguía. Con el corazón pesado, se levantó de la banca y comenzó a caminar de regreso a casa, sintiendo que el destino les aguardaba.

En su interior, un rayo de esperanza brillaba tenuemente. Quizás, solo quizás, el amor podría encontrar una manera de sanar las heridas. Pero para eso, ambos tendrían que luchar con todas sus fuerzas. La traición había roto su alma, pero el amor aún podía ser la luz que los guiara de regreso el uno al otro.