En este avance semanal, la tranquilidad de la fábrica se ve violentamente interrumpida por una explosión en la sala de calderas que retumba con una fuerza capaz de estremecer cada rincón. El estruendo arrastra consigo polvo, humo y escombros, dejando un panorama de caos monumental que paraliza a Begoña, Tasio y Raúl. Sus ojos se abren de par en par, incapaces de comprender de inmediato la magnitud del desastre que se desarrolla ante ellos. Durante unos instantes, el miedo los inmoviliza; la amenaza de nuevas explosiones o derrumbes flota en el aire, acechando cada movimiento. Pero la urgencia de salvar vidas supera cualquier titubeo.

Sin dudarlo, Begoña se lanza entre los restos de la fábrica, movida por la valentía y la necesidad de rescatar a Andrés, Gabriel y Benítez, atrapados entre hierros retorcidos y llamas incipientes. Tasio y Raúl la siguen, con cada paso marcado por una mezcla de adrenalina, terror y esperanza. En esos segundos, la vida se define por decisiones inmediatas, y todos ellos lo saben más que nunca. Entre escombros y metal deformado, aparece el cuerpo inmóvil de uno de los hombres, transformando el miedo en pánico absoluto. Los trabajadores observan con incredulidad; el desconcierto se apodera de cada rostro, y la colonia queda sumida en una tensión que parece no tener fin. El humo impregna la fábrica, mientras bomberos y equipos sanitarios llegan para controlar la situación. La pregunta que flota en el aire es inevitable: ¿sobrevivirán los demás? ¿Podrá Perfumerías de la Reina superar semejante desastre?

A cientos de kilómetros de distancia, Gema y Carmen regresan de Madrid tras una exitosa sesión fotográfica con Emma Gobantes, sin sospechar siquiera el horror que se ha desatado en su ausencia. Digna las pone al tanto, y sin vacilar, ambas se dirigen a la fábrica, movidas por un impulso de solidaridad y la necesidad de estar con los suyos. La vida demuestra, a veces con brutalidad, que los momentos de alegría y tragedia pueden entrelazarse sin aviso, recordando que la felicidad puede ser efímera y la adversidad, inesperada.

Mientras tanto, Damián y Begoña acompañan a los heridos al hospital, enfrentándose a una mezcla de desesperación y esperanza. Marta se convierte en el pilar de apoyo de Tasio, ayudándole a gestionar la crisis que amenaza con hundir la empresa que durante años fue su orgullo y sustento. Tasio enfrenta uno de los instantes más difíciles de su vida profesional: comunicar a la familia la pérdida irremediable de uno de sus miembros. Cada palabra se vuelve un acto de valentía, cada gesto una lucha contra la impotencia. María y Pelayo esperan noticias desde el hospital, mientras la fábrica se convierte en un escenario de evaluación constante: la tienda, la cantina, el laboratorio, todos los espacios muestran cicatrices profundas. La reconstrucción no será solo logística; será un acto de resiliencia y de unidad frente a la adversidad.

Joaquín y Luis recorren la zona cero con miradas desoladas, intentando comprender el alcance de la devastación. Dolor, preocupación e impotencia se entrelazan mientras se preguntan si la empresa que tanto han valorado ha llegado a su fin. Sin embargo, incluso en la desolación, la vida revela su capacidad de generar fortaleza cuando todo parece perdido. Marta y Tasio muestran una compenetración admirable, consolidando lazos de confianza y liderazgo mientras la familia enfrenta la crisis con una unidad renovada, descubriendo que el dolor puede fortalecer vínculos más que nunca.

Cristina, como nueva accionista, observa con preocupación no solo por la empresa, sino por las personas que la sostienen, especialmente Luis. En la casa de los de la Reina, Julia no logra conciliar el sueño. La ausencia de noticias transforma la noche en un tormento, mientras Pelayo asume la delicada tarea de comunicar la tragedia, consciente de que la inocencia de un niño no siempre puede protegerlo de la dureza del mundo. Begoña, cargada de culpa, se reprocha haber insistido en que Gabriel entrara en la sala de calderas. Sus pensamientos giran sin cesar, recordando las advertencias de María y el trágico desenlace. La culpa se convierte en un peso que evidencia la fragilidad humana y la fugacidad de la vida.

Pero incluso la tragedia tiene efectos inesperados: une a los Merino y a los de la Reina más que nunca. Tasio encuentra en su familia un apoyo incondicional, mientras Begoña y Gabriel regresan a casa tras una noche interminable en el hospital, marcada por la angustia y la desesperación. La enfermera descubre que la solidaridad puede surgir del dolor y convertirse en fuerza. Gabriel refuerza su vínculo con Begoña, convirtiéndose en un héroe a ojos de todos, mientras el temor de que Andrés despierte y revele secretos permanece latente. Su estado es crítico, y Luz trae noticias devastadoras para Damián, quien se derrumba ante la posibilidad de perder a su hijo.

La prensa se hace eco de la magnitud del desastre, resaltando la resistencia de la familia. Tasio, al frente de la empresa, lucha por mantener el rumbo, mientras la delicada condición de su hermano lo mantiene en constante tensión. El laboratorio gravemente dañado exige esfuerzos de recuperación, y Cristina trabaja para restablecer la normalidad. Luis, por su parte, no puede borrar de su mente la imagen de Andrés. La vida demuestra que valor y esperanza siempre van acompañados de dolor e incertidumbre.

Begoña enfrenta el momento más desgarrador: informar a Julia sobre el accidente y el estado de su padre. Digna la sostiene, recordándole que incluso en la adversidad se puede encontrar fuerza. Carmen acompaña a Tasio, reprochando la actitud temerosa de Chema, mientras Tasio convoca a la junta, consciente de que Perfumerías de la Reina necesita un nuevo socio para sobrevivir. María, al enfrentar a Gabriel, descubre grietas en su alianza, revelando amenazas y conflictos que podrían cambiar el destino de todos. Irene y José colaboran con Cristina para sostener la inversión necesaria, mientras Luz informa a María sobre la gravedad de Andrés.

Begoña, incapaz de soportar la fragilidad de su hermano, lo visita con ternura, mostrando la vulnerabilidad que todos enfrentan cuando la vida oscila entre lo imposible y lo necesario. Raúl se prepara para viajar a Madrid, pero Chema siembra dudas con celos, recordando los conflictos latentes en la fábrica y la familia. Claudia, a pesar de la necesidad de avanzar, siente el peso de la situación y recibe el apoyo de Gema y Carmen. La empresa se tambalea, campañas canceladas y producción detenida, mientras el miedo al cierre definitivo impregna la colonia. La vida demuestra, una vez más, que incluso los planes más sólidos pueden derrumbarse en segundos.

Irene recibe un revés en su proyecto de floristería, pero decide actuar, mostrando que la acción es la mejor respuesta frente a la adversidad. La idea de vender parte de la empresa gana fuerza, una decisión urgente que podría salvar o condenar a Perfumerías de la Reina. Digna visita a Andrés, comprendiendo que su presencia representa heridas abiertas para Damián. Begoña se siente responsable, atrapada entre la angustia y la necesidad de proteger a quienes ama. La fábrica se convierte en un escenario donde tradición, legado y supervivencia se entrelazan, recordando que la vida exige equilibrio entre riesgos, amor y responsabilidad.

Los Merino visitan a Andrés, fortaleciendo lazos familiares y recordando que la tragedia puede ser un puente hacia la unidad. Gabriel, preocupado por Begoña y Andrés, teme que secretos ocultos sean revelados. María, con un paso decisivo, informa sobre la recuperación de Andrés y descubre cartas que podrían alterar el equilibrio de poder, mientras Begoña lucha con la verdad y su culpa. La vida se presenta como un entramado de decisiones donde cada acción tiene consecuencias profundas. La salud de Begoña se complica y Gabriel teme por el bebé que esperan. La presión, las pérdidas y los secretos se entrelazan mientras los personajes enfrentan dilemas éticos, familiares y financieros.

El futuro de Perfumerías de la Reina depende de decisiones rápidas y firmes: aceptar capital externo, proteger legados, enfrentar traiciones y aprender que la vida no da segundas oportunidades, pero que la resiliencia y la solidaridad pueden reconstruir lo aparentemente destruido.

Gracias por dedicar su atención a este vídeo. Háganos saber qué piensan de este adelanto semanal y suscríbanse al canal. Nos vemos en el próximo vídeo.