Sueños de libertad Capítulo completo jueves 23 octubre. Gabriel contacta a Brossard.
En el capítulo del jueves, la tensión alcanza niveles insospechados en la mansión De la Reina. Begoña se enfrenta a una mezcla de rabia e incredulidad al enterarse, a través de Luz, de que María comienza a recuperar la movilidad en sus piernas. La idea de que todo este tiempo haya estado fingiendo la paralización la consume. En la mente de Begoña, María no busca otra cosa que mantener a Andrés atado a ella, utilizando la manipulación y la culpa como armas de control. Cada gesto, cada pequeño avance de María se transforma en evidencia de traición, y el dolor que siente Begoña es profundo, casi insoportable. Se pregunta cómo alguien puede jugar con los sentimientos de los demás de manera tan meticulosa y cruel.
Sin embargo, mientras Begoña se sumerge en su tormento, Luz permanece firme, segura de que María no podría ser capaz de semejante engaño. Sus palabras, calmadas y profesionales, actúan como un bálsamo para la culpa que consume a Begoña, aunque ella sigue sintiéndose atrapada, temerosa de que las decisiones apresuradas puedan afectar el destino de Andrés. Reflexiona sobre la fragilidad de la vida y cómo los malentendidos o las sospechas pueden romper incluso los lazos más fuertes.

En paralelo, la fábrica Perfumerías De la Reina se encuentra sumida en la incertidumbre. Los trabajadores viven un estado de ansiedad constante; los pasillos están llenos de susurros y los rostros reflejan miedo. Todo parece detenido: las máquinas calladas, la producción en pausa y los rumores de cierre y despidos flotan como una sombra sobre la colonia. Gaspar intenta compartir su inquietud con Tasio, buscando alivio, comprensión o simplemente apoyo. Sin embargo, Tasio responde a la defensiva, como si aceptar la realidad fuera un golpe demasiado fuerte. La conversación entre ellos, cargada de tensión, refleja la lucha entre el amor por el trabajo y el miedo a perderlo todo. Este momento subraya cómo la incertidumbre puede enseñarnos a valorar lo esencial, a replantear prioridades y a reconocer la fuerza de la perseverancia diaria.
Mientras tanto, Claudia toma una decisión que demuestra su generosidad y sentido de responsabilidad: se queda en la colonia para ayudar a quienes la necesitan. Raúl, por su parte, parte solo hacia Madrid para disputar su primera carrera profesional como piloto. Sus amigos le desean éxito y le envían buenos augurios, conscientes de los riesgos que conlleva su ambición. Shema, sin embargo, deja entrever sus celos, provocando tensiones y sembrando dudas donde no deberían existir. La escena deja una enseñanza clara: no todos celebran nuestros logros y, a veces, la envidia puede aparecer incluso cuando actuamos con integridad.
En el hospital, Tasio enfrenta un momento devastador al encontrarse con su hermano Andrés inmóvil, atrapado en un coma profundo. La culpa lo invade. Se reprocha por no haberlo protegido y por no haberlo obligado a salir de la sala de calderas, donde todo comenzó. Damián, observándolo con ternura y comprensión, lo recuerda con palabras llenas de sinceridad: no siempre la medida del orgullo está en los resultados visibles, sino en la forma en que enfrentamos la adversidad. La vida, en ocasiones, exige tomar decisiones imposibles, y lo que importa no es únicamente el resultado, sino la intención y la constancia con que actuamos.
Mientras la jornada avanza, la situación de la empresa se vuelve más crítica. Digna insiste en la necesidad de aceptar capital externo, argumentando que es mejor perder una parte que arriesgarse a perderlo todo. Sus palabras, cargadas de lógica y prudencia, muestran que la supervivencia requiere valentía y, a veces, sacrificio. Ceder algo para salvar lo esencial se convierte en un recordatorio de que avanzar muchas veces implica aceptar riesgos dolorosos pero necesarios.
Consumida por la necesidad de respuestas, Begoña decide confrontar a María directamente. Cada palabra que pronuncia lleva el peso de la sospecha y la urgencia de cerrar un capítulo que amenaza con desestabilizar su mundo. En paralelo, los Merino visitan a Andrés en el hospital, reforzando los lazos entre las familias y demostrando que incluso en medio del dolor, la unión y el apoyo mutuo pueden ofrecer consuelo y fuerza.
María, por su parte, comparte con Gabriel los avances de su “recuperación” y le revela su secreto: Andrés está al tanto de lo que ella oculta. La reacción de Gabriel es inmediata y negativa. Sugiere que lo más prudente sería que Andrés permanezca en coma, pero María lo amenaza con frialdad, asegurándole que cualquier daño a su esposo recaerá sobre él. Este intercambio demuestra cómo el conocimiento y el poder pueden transformarse en armas, y cómo nuestras decisiones tienen consecuencias devastadoras sobre los demás. La vida se muestra como un equilibrio delicado entre vulnerabilidad y capacidad de influencia.
Mientras tanto, Cristina intenta guiar a Irene hacia una nueva etapa junto a José. Sin embargo, los miedos e incertidumbres de Irene la mantienen atrapada, recordando que comenzar de nuevo exige valor, confianza y la capacidad de dejar atrás experiencias dolorosas. Claudia y Manuela siguen la primera carrera de Raúl a través de la radio, solo para presenciar un accidente que deja un sabor agridulce, recordando que el éxito y la desgracia a menudo caminan de la mano.

En el ámbito empresarial, Tasio recibe la primera oferta formal de compra para la fábrica, coincidencia que se entrelaza con el encargo de Damián a Gabriel de redactar los contratos de compraventa. La tensión aumenta, pues el futuro de Perfumerías De la Reina pende de decisiones que definirán la vida de muchas personas. La vida muestra nuevamente su naturaleza incierta: caminos que se abren y cierran rápidamente, y cada elección con el potencial de transformar o destruir.
Finalmente, llega el momento de Brossard, marcando un punto de inflexión donde conflictos, secretos y decisiones acumuladas convergen. La existencia demuestra que no espera; los hechos se imponen y enfrentarlos requiere determinación y claridad. La historia, en constante desarrollo, enseña que la vida es un tejido de decisiones, riesgos y emociones, y que cada acción, por pequeña que sea, puede desencadenar cadenas de consecuencias insospechadas. La resiliencia, la honestidad y la valentía son las herramientas para navegar tiempos inciertos. Cada personaje, con sus miedos, errores y esfuerzos, refleja la lucha constante de todo ser humano: el equilibrio entre ambición y ética, amor y venganza, pérdida y esperanza. Y mientras el mundo cambia, mientras las empresas se enfrentan a su ocaso y los cuerpos humanos desafían límites, la esencia de la vida se revela en la fuerza con que seguimos adelante, en cómo enfrentamos lo inesperado y en el valor que damos a lo que realmente importa.
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