Sueños de Libertad Capítulo 428 Completo Audio Español – AVANCE ( 27/10/2025 )

El inicio de esta nueva semana en Sueños de Libertad no da respiro. Lo que parecía una tregua después de la explosión se convierte en un campo de batalla silencioso, donde cada palabra, cada gesto y cada silencio esconde una amenaza. En la fábrica, la tensión se palpa en el aire. Algunos creen que lo peor ha pasado, pero en realidad, lo verdaderamente oscuro acaba de empezar.

Los nuevos dueños italianos, encabezados por el grupo Brosar, se mueven entre los obreros con una elegancia inquietante. Ya no son los tiempos de los De la Reina, y el cambio se siente hasta en el olor del aire. Gaspar, resignado, murmura: “El perfume sigue siendo dulce, pero ya no huele a nosotros”. Damián, cada vez más distante, evita mirar a su hijo Gabriel. El padre que antes lo consideraba su orgullo, ahora apenas puede soportar su presencia. El silencio entre ambos duele más que cualquier reproche.

Mientras tanto, Begoña observa a su hija Julia desde la ventana, consciente de que el padre Agustín ha iniciado una guerra contra ella. El cura, decidido a “purificar” lo que considera pecado, ha enviado cartas al obispado denunciando su relación con Gabriel. No se trata solo de religión: es una cruzada personal. Pero en medio del juicio público y del peso de la vergüenza, Begoña mantiene una calma fría. Sabe que en ese pueblo nadie perdona a una mujer que amó fuera de las reglas.

Avance 'Sueños de libertad': Begoña preocupa a Gabriel, en el capítulo 422  (24 de octubre)

En el hospital, Andrés empieza a moverse. Primero un leve gesto, luego un intento torpe de incorporarse. Los médicos lo llaman “milagro”, pero para María, que lo acompaña día y noche, ese despertar es una condena. Cada paso que él da le recuerda la noche del accidente, la voz entre las llamas, el miedo… y el secreto que ella oculta. Cuando él pregunta por qué todos lo miran con compasión, su hermana Marta calla. Porque a veces decir la verdad también es una forma de traicionar.

Los días avanzan y Brosar consolida su dominio. El letrero de “Perfumerías de la Reina” se reemplaza con uno nuevo, impersonal y extranjero. Una mujer aparece desde París: Lucía Moretti, la nueva directora. Joven, implacable, con una sonrisa que no llega a los ojos. “He leído los informes sobre la explosión… y sobre Jesús de la Reina. ¿Está seguro, señor Gabriel, de que contó toda la verdad?” Gabriel no responde. El aire se vuelve denso. En ese silencio se esconde la confesión que nadie se atreve a pronunciar.

En el hospital, Andrés escucha la noticia por la radio. Y de pronto, todo vuelve: el fuego, la presión, la voz que grita “¡No abras la válvula, Gabriel!”. Recuerda esa escena como si estuviera ocurriendo otra vez. Su respiración se acelera. ¿Qué hacía Gabriel allí aquella noche? La duda se clava como una espina en su mente.

Esa misma noche, Begoña enfrenta a Gabriel. “Andrés está recordando”, le advierte. Pero él responde con frialdad: “Tenemos que controlar lo que diga”. Ella replica, helada: “¿Controlar la verdad… o controlar a la gente?”. Su mirada lo atraviesa como una sentencia. En la iglesia, el padre Agustín se encuentra con Damián. “Has perdido tu empresa”, le dice el cura. “Quizá era el precio de tus pecados.” Damián, exhausto, responde con amargura: “¿Y tú, padre, cuánto cobras por los tuyos?”.

Mientras tanto, Lucía abre un archivo secreto. En un viejo casete, entre chasquidos, suena una voz: “No abras la válvula, Gabriel. No la abras.” La grabación termina con un estallido. En la oscuridad, el tic tac del reloj es lo único que queda. El pasado se resiste a ser enterrado.

Andrés, atormentado, comienza a escribir sus recuerdos. Cada palabra es un fragmento de la verdad que intenta emerger. Pero cuando cree tenerlo todo claro, aparece Lucía con una grabadora en mano. “Te mintieron, señor de la Reina. Pero no fui yo.” Le deja la cinta sobre la mesa. Andrés la escucha… y su mundo se derrumba.

Paralelamente, María y Begoña se reencuentran. María le confiesa su decisión: “Voy a contárselo todo a Andrés”. Begoña, resignada, le advierte: “Si lo haces, Gabriel se vengará. Tiene documentos que pueden destruirnos”. María la mira con lágrimas contenidas: “Prefiero perderlo todo a seguir viviendo en la mentira.” Begoña, con una tristeza antigua, le responde: “Entonces eres más valiente de lo que yo fui.”

En otro rincón del convento, el padre Agustín se enfrenta a sus propios fantasmas. Ha decidido confesarlo todo ante el arzobispo: aquella noche vio a Pedro salir del despacho de Jesús y escuchó la frase maldita: “Nadie tiene que saber lo que pasó aquí.” Pero su confesión queda grabada por un joven sacerdote… que en realidad trabaja para Brosar. El círculo se cierra.

Avance 'Sueños de libertad': Andrés vuelve... y Gabriel planea evitarlo, en  el capítulo 423 (27 de octubre)

Esa misma noche, María regresa a casa. La puerta está abierta. Julia llora. Begoña yace inconsciente. Sobre la mesa, un papel: “No busques más.” El miedo se transforma en furia. En el hospital, Andrés se despierta sobresaltado. “¿Quieren matar nuestros recuerdos?”, grita. Mira a María y pregunta con desesperación: “Dime la verdad. Gabriel estaba allí, ¿verdad?”. Ella asiente, y en ese instante todo se rompe entre ellos.

Gabriel recibe una llamada misteriosa: “Si quieres salvar tu nombre, ven al despacho de Jesús a medianoche.” Acude. Encuentra una grabadora encendida. Escucha su propia voz gritar… y luego el estruendo. De pronto, la luz se enciende: Andrés está en la puerta. “¿Sabías lo que pasó?”, le pregunta. Gabriel intenta justificarse: “Intenté salvarte.” Andrés, destrozado, responde: “¿Salvarme… o salvarte tú?”

Afuera, Lucía escribe un mensaje: “El experimento ha comenzado.” En la capilla, el padre Agustín reza con el alma rota: “Señor, abrí la puerta del infierno… y nadie podrá cerrarla.”