La última semana de septiembre en Sueños de libertad se convierte en un torbellino de emociones, secretos y traiciones que marcarán un antes y un después para la colonia De la Reina. Los días que van del 29 de septiembre al 3 de octubre se presentan como un crisol donde la verdad, las sospechas y los sentimientos ocultos salen a la superficie, mostrando la fragilidad de los vínculos que unen a sus personajes. La muerte de don Pedro no ha traído la paz esperada, sino que ha abierto heridas y desencadenado un efecto dominó que amenaza con arrasar la vida de muchos. En medio de este clima, Begoña empieza a sospechar de Gabriel mientras guarda un secreto propio que podría cambiarlo todo: su embarazo.

El lunes amanece con un funeral cargado de simbolismo. El cielo gris parece reflejar el ánimo sombrío de la colonia. Gabriel, más que apesadumbrado, camina como un depredador acechando a su presa. Sus sospechas recaen sobre Pelayo, a quien considera culpable de haber entregado las cartas de Bernardo. La tensión entre ambos se palpa en cada palabra. Pelayo intenta escurrirse, pero el nerviosismo lo delata, confirmando para Gabriel que es un eslabón débil en su plan de venganza. Digna, en contraste, asiste con una frialdad inquietante. Su gesto impasible mientras todos lloran revela que para ella la muerte de Pedro es más liberación que pena, pues al fin desaparece de su vida un hombre que le había causado tanto dolor. Mientras tanto, en la fábrica, Andrés empieza a destacar con un liderazgo inesperado, lo que hunde a Tasio en una crisis de inseguridad y sensación de fracaso. Marta, incapaz de soportar la presión del funeral y su dolor por Fina, se refugia en el cuarto oscuro, donde estalla una discusión devastadora con Pelayo, que insiste en que debe “superar” la pérdida. Para ella, esas palabras son una puñalada. La jornada termina con Damián acercándose a Digna, decidido a confesar la verdad sobre la muerte de Jesús.

El martes, la figura de Isabel irrumpe con fuerza en la vida de Gabriel. Él miente a Begoña sobre una supuesta cena de trabajo, cuando en realidad se encuentra con su antigua amante en Madrid. Isabel le propone marcharse juntos a París y rehacer su vida, incluso casarse antes de irse. Esta oferta pone contra las cuerdas a Gabriel, quien ve cómo su meticuloso plan empieza a desmoronarse. La situación empeora cuando Isabel descubre una foto en el periódico que lo vincula claramente con los De la Reina. La mentira de que era un simple abogado de Madrid se desploma. Isabel empieza a investigar y llega hasta la fábrica, donde Gema, desconfiada, la intercepta. Su presencia despierta recelos y Gabriel, al enterarse de que ella ha estado allí, pierde el control. Paralelamente, Digna comparte con sus hijos la confesión de Damián: Jesús murió en un forcejeo accidental, pero la verdad fue encubierta durante años. La lectura del testamento de Pedro, que se avecina, genera aún más ansiedad. Marta, por su parte, anuncia que se apartará de la fábrica y propone a Carmen como su sustituta, mostrando un extraño momento de lucidez en medio de su dolor. Mientras tanto, Luis vive atormentado por la tensión con Cristina, mientras Luz empieza a notar algo raro entre ellos. En este día, Begoña empieza a sospechar que su malestar físico no es solo producto del estrés: podría estar embarazada.

El miércoles, Gabriel intenta detener a Isabel antes de que desate un escándalo. Ella ya lo ha escuchado discutir con Tasio, comprendiendo que no es un forastero, sino parte de la familia De la Reina. La confrontación entre ambos es brutal: Isabel lo acusa de usarla, de convertirla en una pieza de su venganza, y amenaza con contar toda la verdad. Al mismo tiempo, se realiza la lectura del testamento de Pedro, que sorprende a todos al repartir su herencia de forma más equitativa de lo esperado, como si buscara redención desde la tumba. La tensión en Gabriel crece hasta el punto de estallar en casa, donde termina gritando a Julia y discutiendo con Begoña. La situación le recuerda a ella su pasado con Jesús, confirmando su miedo de estar repitiendo errores. Consciente del peligro, Gabriel recurre a María, quien le aconseja manipular a Isabel haciéndola creer que tiene poder. Ese mismo día, en la fábrica, Carmen propone un plan arriesgado: contratar a una actriz famosa como imagen de “Pasión Oculta” para salvar el perfume. Mientras, Marta se derrumba frente a Andrés y le confiesa la verdad que la ha atormentado: Fina fue asesinada por Santiago y Pelayo ayudó a encubrir el crimen. Esta revelación lo cambia todo, sumiendo a Andrés en la certeza de que la tragedia es mucho más profunda de lo que imaginaban.

El jueves se convierte en un día de confesiones y alianzas peligrosas. Gabriel viaja a Madrid para intentar reconquistar a Isabel, ofreciéndole no solo la mitad de sus planes contra los De la Reina, sino también el control de la venganza. Isabel, dolida, decide ponerlo a prueba llamando directamente a Damián. Durante unos segundos que parecen eternos, Gabriel está al borde de la ruina. Solo cuando Isabel finge haberse equivocado de número, él respira aliviado. La nueva alianza queda sellada, pero con una condición: ahora las reglas las pone ella. En paralelo, Begoña empieza a confiar en Luz, a quien confiesa que Gabriel se ha convertido en un extraño para ella, recordándole demasiado a Jesús. Andrés también advierte a Damián sobre el comportamiento de su primo, preocupado de que Begoña acabe sufriendo. La lealtad, palabra repetida en la familia, empieza a perder su sentido en medio de tanta mentira. Mientras tanto, Irene y Cristina siguen investigando el paradero de José con ayuda de un detective, que les advierte de los peligros de acercarse a un ex guardia civil vinculado a Pedro. La verdad parece cada vez más cerca, pero está protegida por la sombra de la corrupción y la violencia.

El viernes trae consigo decisiones transformadoras. Cristina decide vender sus acciones de la perfumería y marcharse a Grasse para estudiar seriamente el arte de la perfumería, dejando atrás su amor imposible por Luis y emprendiendo un camino propio. Su determinación sorprende a todos, mostrando su evolución hacia una mujer independiente. Pero no todo es alivio: los secretos siguen pesando sobre la colonia. Marta lucha con la confesión que ha hecho a Andrés, Irene y Cristina se preparan para afrontar una verdad peligrosa sobre José, y Gabriel se hunde cada vez más en una red de mentiras. Begoña, mientras tanto, debe enfrentarse al secreto de su embarazo, consciente de que está unida a un hombre en quien ya no confía.

La semana concluye con un aire de fatalidad. Los secretos, en lugar de desvanecerse, se multiplican. El plan de Gabriel, que parecía sólido, se tambalea por la intervención de Isabel y las sospechas de Begoña. Digna, liberada de Pedro, enfrenta ahora las consecuencias de su alianza con Damián. Marta, devastada, arrastra a Andrés a una verdad que podría destrozar la familia. Y en medio de todo, la colonia De la Reina sigue siendo un hervidero de intrigas, donde cada gesto, cada palabra y cada silencio esconde una amenaza latente. El futuro es incierto, pero una cosa está clara: nada volverá a ser igual después de esta semana.