‘Sueños de libertad’ Avance semanal: Brossard llega a Toledo

Esta semana, Sueños de libertad alcanza su punto de ebullición con una serie de acontecimientos que transformarán para siempre la vida de los De la Reina. El aire en la mansión se ha vuelto tan denso que se puede cortar con un cuchillo. Mientras el otoño tiñe de dorado los jardines, en el interior reina un invierno emocional que amenaza con congelar a todos sus habitantes.

Desde el lunes, la tensión se instala de forma definitiva. Andrés sigue entre la vida y la muerte en el hospital, mientras su familia intenta mantener la esperanza. Gabriel, siempre calculador y envenenado por su ambición, actúa como si nada le afectara, pero su falsa serenidad empieza a despertar sospechas. María, la primera en intuir que tras su fachada amable se oculta algo oscuro, lo enfrenta directamente. En un tenso intercambio de palabras en la biblioteca, lo acusa de manipular a Damián y de usar el sufrimiento de Begoña —embarazada y frágil— como moneda de cambio. Gabriel, con su habitual frialdad, responde que hace lo necesario para “salvar” a la familia. Pero María, que lo conoce demasiado bien, percibe el veneno en cada una de sus palabras.

Mientras tanto, en la colonia obrera, Claudia atraviesa su propio drama. La ruptura con Raúl la deja desolada, aunque intenta mantenerse firme. “A veces el amor no basta”, confiesa, resumiendo el sentimiento general de desesperanza que parece impregnarlo todo. Sin embargo, entre los trabajadores empieza a germinar una chispa de rebeldía: la idea de que ellos mismos podrían salvar la empresa mediante una cooperativa. Una semilla de esperanza en medio del caos.

Avance semanal 'Sueños de libertad': Brossard llega a Toledo, del 27 al 31  de octubre

En el otro extremo de la ciudad, Gabriel continúa tejiendo su red. Manipula a Damián para que acepte una propuesta de inversión italiana que, supuestamente, rescataría a Perfumerías de la Reina. Pero su verdadera jugada es mucho más siniestra: Brossard, el empresario extranjero que supuestamente salvará la compañía, no es más que su tapadera. Él mismo planea comprar la empresa a través de esa identidad falsa y quedarse con todo. María, horrorizada, descubre la verdad, pero no logra detenerlo.

El martes, cuando una llamada del hospital anuncia que Andrés comienza a reaccionar, el frágil equilibrio de Gabriel se rompe. Mientras la familia celebra con lágrimas la posibilidad de un milagro, él siente que su castillo de cartas se tambalea. Si Andrés despierta y recuerda lo sucedido antes del accidente, todo se desmoronará. Su mente retorcida elabora una solución: eliminarlo antes de que hable.

Con la noche como aliada, Gabriel se dirige al hospital decidido a acabar con su víctima. Pero María, que adivina sus intenciones, lo sigue. La escena que se desarrolla en la habitación de Andrés es de una tensión insoportable: Gabriel está a punto de asfixiarlo cuando María irrumpe y se interpone entre ambos. “Si le tocas, te mato”, le advierte con un coraje que él no esperaba. En un instante de locura, Gabriel se quita la máscara por completo y confiesa que su obsesión nunca fue el dinero ni el poder, sino Begoña. Una confesión que revela la profundidad de su enfermedad mental y deja a María aterrada.

Al mismo tiempo, el drama empresarial alcanza un punto crítico. Los supuestos inversores italianos exigen el control mayoritario de la compañía, y Damián, indignado, se niega a ceder. Sin embargo, la presión económica y las traiciones internas lo acorralan. Tasio, Marta y los hermanos Merino empiezan a considerar que vender podría ser la única forma de salvar los puestos de trabajo. Damián se siente solo en su lucha, viendo cómo la lealtad familiar se desmorona junto con su legado.

Entre tanto, nuevos personajes agitan las aguas. David, el nuevo capataz de la fábrica, trae consigo un pasado compartido con Carmen, su primer amor. Su reencuentro despierta emociones enterradas, generando tensiones con Tasio, que no tolera verlo cerca de ella. En la cocina de la mansión, Digna y Luz descubren que ya no podrán seguir ocultando el embarazo de Begoña por mucho tiempo, lo que añade un nuevo nivel de peligro, sobre todo con Gabriel vigilándolo todo.

El miércoles, una noticia ilumina brevemente el panorama: Andrés abre los ojos. Su despertar llena de alegría a la familia, pero congela de terror a Gabriel. Damián lo llama emocionado, pero la respuesta de su sobrino —fría y vacía— despierta en él las primeras sospechas sobre su verdadera naturaleza. En la casa, Begoña quiere ir al hospital para ver a Andrés, pero Gabriel, manipulador hasta el final, se lo prohíbe bajo el pretexto de protegerla.

Por su parte, Carmen revive su pasado con David entre conversaciones cargadas de nostalgia. A pesar del paso del tiempo, la conexión entre ellos sigue viva, lo que provoca los celos descontrolados de Tasio. Paralelamente, la propuesta de Gaspar y Claudia sobre la cooperativa va tomando forma, mientras los trabajadores comienzan a creer que pueden ser dueños de su propio destino.

El jueves, la situación empresarial llega al límite. Los bancos cierran sus puertas, los contratos se cancelan, y los socios deben decidir el futuro de Perfumerías de la Reina. Tasio convoca una junta extraordinaria. En una escena cargada de emociones, Damián defiende con pasión la independencia familiar, pero los demás, dominados por el miedo y el pragmatismo, lo traicionan. Marta, entre lágrimas, vota a favor de la venta. La empresa que fue el orgullo de toda una generación pasa a manos extranjeras.

Avance semanal 'Sueños de libertad': Brossard llega a Toledo, del 27 al 31  de octubre

En medio del derrumbe, pequeñas historias personales continúan floreciendo. Irene se despide de Damián antes de marcharse a Madrid, dejando tras de sí un aire de melancolía. Luz y Begoña, impulsadas por Gaspar, sueñan con crear su propia línea de cremas naturales, una ilusión diminuta en medio del desastre. Pero incluso ese destello de esperanza queda ensombrecido cuando Julia, la hija de Andrés, reacciona con frialdad al enterarse de que Begoña y Gabriel serán padres.

El viernes llega con un aire fúnebre. La familia se enfrenta a las consecuencias de sus decisiones. Damián, roto por dentro, estalla contra sus hijas, acusándolas de haber vendido su herencia al enemigo. “¡Habéis destruido el legado de vuestro abuelo!”, grita, mientras la casa entera se sume en un silencio doloroso. En el hospital, Andrés, todavía débil, no recuerda lo sucedido, pero las palabras entrecortadas que logra pronunciar dejan entrever que su memoria podría regresar en cualquier momento.

Mientras tanto, Julia, confundida y atormentada, acude a la iglesia y confiesa al párroco el “pecado” de Begoña y Gabriel. Don Agustín, horrorizado, se presenta en la mansión para enfrentarse a ella. “¡Es usted una pecadora!”, le espeta con dureza, desatando una tormenta moral que amenaza con destruir lo poco que quedaba en pie.

Así concluye una semana en Sueños de libertad marcada por la traición, la manipulación y los amores imposibles. Brossard ha llegado a Toledo… pero el verdadero enemigo siempre estuvo dentro de la casa. Y mientras la familia celebra el despertar de Andrés, nadie imagina que su regreso traerá consigo verdades capaces de arrasar con todo.