La vida personal de Natalia Sánchez: casada con un famoso actor, dos hijos y un exnovio de ‘Los Serrano’
Natalia Sánchez, aquella niña que conquistó los corazones del público español en 2003 al interpretar a Teté en la mítica serie Los Serrano, ha recorrido un largo y exitoso camino desde entonces. A sus casi 34 años, la madrileña no solo se ha consolidado como una actriz de gran talento en el panorama televisivo y cinematográfico, sino que también ha construido una vida personal llena de estabilidad, amor y familia. Hoy, mientras brilla en la serie Sueños de libertad de Antena 3, su historia personal despierta el mismo interés que sus papeles en pantalla.
Su debut televisivo llegó con apenas 13 años, cuando dio vida a la entrañable Teté Serrano, la hija de Lucía (Belén Rueda) y hermanastra de Guille (Víctor Elías). La serie fue un fenómeno social y cultural en la España de los 2000, y marcó para siempre la carrera de sus jóvenes protagonistas. Natalia, con su naturalidad y carisma, se ganó el afecto de toda una generación. Pero su talento no se quedó en aquella adolescente de barrio madrileño; supo reinventarse y evolucionar hacia papeles más maduros y complejos.
Tras el fin de Los Serrano, su trayectoria se amplió con proyectos destacados como Amar en tiempos revueltos, La Duquesa, El Regreso de las Sabinas y la reciente Sueños de libertad, donde interpreta a una mujer fuerte y sensible atrapada entre los deberes sociales y sus deseos personales. En cada producción, Sánchez demuestra una versatilidad interpretativa que la ha consolidado como una de las actrices más queridas del país.
Sin embargo, más allá de su vida profesional, su historia personal también ha estado llena de momentos significativos. En 2014, mientras trabajaba en la obra de teatro Amantes, conoció al actor Marc Clotet, diez años mayor que ella. Entre ambos surgió una conexión inmediata, y su relación pronto se convirtió en una de las más admiradas del mundo artístico español. Clotet, reconocido por su participación en series como Física o Química, había sido anteriormente marido de la actriz internacional Ana de Armas, con quien mantuvo un matrimonio entre 2011 y 2013.
Natalia y Marc han demostrado que la discreción y el apoyo mutuo son las claves de una relación duradera. En 2019, dieron la bienvenida a su primera hija, Lia, y apenas un año y medio después llegó Neo, completando así su pequeña pero feliz familia. Desde entonces, la pareja reside en Barcelona, donde disfrutan de una vida tranquila junto a sus hijos. En redes sociales, ambos comparten fragmentos de su cotidianidad: paseos, juegos, viajes y momentos de ternura que reflejan una relación sólida y llena de complicidad.
Clotet, además de su faceta como actor, pertenece a una familia profundamente ligada al arte. Es hermano de la también actriz Aina Clotet y ha sabido combinar su vida profesional con su compromiso social y familiar. Junto a Natalia, forma una de las parejas más equilibradas del panorama mediático español, destacando por su sencillez y coherencia.
Pero antes de Clotet, la vida sentimental de Natalia Sánchez ya había tenido un capítulo que marcó a muchos: su relación con su compañero de Los Serrano, Víctor Elías. Lo que comenzó como una amistad en los platós de Telecinco acabó convirtiéndose en un romance adolescente que traspasó la pantalla. Ellos daban vida a los hermanastros Teté y Guille, quienes pasaron de odiarse a enamorarse en la ficción, reflejando una historia de amor que muchos seguidores vivieron con pasión. La química entre ambos era innegable, y en la vida real se convirtieron en pareja durante un tiempo.
Aunque aquella relación juvenil terminó, la amistad entre Natalia y Víctor ha perdurado con el paso de los años. Hoy se consideran grandes amigos y mantienen un cariño mutuo basado en el respeto y la complicidad que solo puede surgir de compartir una experiencia tan intensa desde tan jóvenes. Víctor Elías, que ha orientado su carrera hacia la música, está comprometido actualmente con la cantante Ana Guerra, con quien comparte proyectos y escenario. A pesar de sus caminos distintos, ambos siguen recordando con cariño la etapa que los unió dentro y fuera de la televisión.
Natalia, por su parte, ha sabido combinar su vida personal con una carrera en constante evolución. En Sueños de libertad, su interpretación ha sido recibida con entusiasmo tanto por la crítica como por el público. La serie le ha permitido mostrar una madurez actoral que refleja no solo su crecimiento profesional, sino también su experiencia vital. En entrevistas recientes, la actriz ha destacado la importancia de elegir proyectos que le aporten emocionalmente y que le permitan conciliar su faceta de madre con la de artista.

La actriz también se ha involucrado en causas sociales, especialmente relacionadas con la infancia y la igualdad. En varias ocasiones, ha manifestado su deseo de que sus hijos crezcan en un entorno empático y consciente, donde la fama no sea un objetivo sino una consecuencia del trabajo bien hecho. Esta filosofía coincide con la que comparte junto a Clotet, quien también ha mostrado su compromiso con diversas iniciativas humanitarias.
Natalia Sánchez representa hoy un modelo de equilibrio entre la vida pública y la intimidad. Ha sabido mantenerse al margen del ruido mediático, cultivando un perfil discreto y centrado en su familia. Su historia es la de una mujer que creció ante las cámaras, que aprendió a convivir con la fama desde la adolescencia, y que ha conseguido transformar aquella exposición inicial en una carrera madura y coherente.
A través de su evolución, el público ha sido testigo de su madurez, tanto personal como profesional. De la niña que fue a la mujer que es hoy, Natalia Sánchez ha demostrado que se puede crecer bajo los focos sin perder la autenticidad. Y mientras sigue brillando en Sueños de libertad, su vida sigue siendo una inspiración para quienes buscan equilibrio entre el amor, la familia y la pasión por el arte.
