ISABEL AMENAZA CON REVELARLO TODO A LA FAMILIA DE LA REINA EN SUEÑOS DE LIBERTAD
En el más reciente avance de Sueños de libertad, las piezas del tablero cambian de lugar y la tensión alcanza un punto máximo cuando Isabel, cansada de engaños y manipulaciones, se planta ante Gabriel con la amenaza de revelar toda la verdad a la familia De la Reina. Este giro explosivo abre un horizonte de incertidumbre que podría arrastrar a todos los personajes a un abismo de consecuencias irreversibles.
La narración arranca con Irene, decidida a esclarecer las circunstancias de la muerte de su hermano Pedro. Se presenta en la casa de los De la Reina para confrontar a Damián, quien la recibe con una copa en la mano y el gesto cansado. Irene, sin rodeos, le exige respuestas: ¿qué ocurrió realmente aquella noche en la que Pedro murió? Damián, incómodo, intenta esquivar la pregunta, pero la firmeza de Irene lo obliga a dar explicaciones. Asegura que discutieron de forma acalorada y que Pedro, de repente, sufrió un fuerte dolor que terminó con su vida. Sin embargo, Irene no le cree del todo. Sabe por boca de Digna que Pedro confesó antes de morir que había dejado de asistir a Jesús, y está convencida de que aquella revelación despertó en Damián una tormenta de emociones imposibles de ocultar.
Damián, acorralado, admite que se sintió conmocionado, aunque insiste en que Pedro murió en paz tras confesar sus faltas. Pero Irene no se conforma. Señala que su hermano estaba a punto de confesarle el paradero de José cuando Damián entró en la habitación, interrumpiendo lo que pudo haber sido una revelación crucial. El dolor de la madre se hace evidente: su hija Cristina y ella siguen sumidas en la incertidumbre, sin saber dónde está José, cargando con un vacío que se agrava con el paso del tiempo. Aun así, Irene decide aferrarse a la esperanza de encontrarlo, convencida de que el destino aún puede darles una oportunidad.
En contraste, la acción se traslada a Madrid, donde Gabriel busca desesperadamente a Isabel. Ella, fría y distante, está a punto de marcharse a París tras haber concluido los trámites que la llevaron allí. Con las maletas listas sobre la cama, se muestra firme en su decisión: no hay nada que la retenga. Gabriel, jugando a la víctima, le pide dos minutos para explicarse. Isabel, incrédula y dolida, lo enfrenta con dureza: ya no cree en él ni en sus promesas.

En un intento desesperado por recuperar su confianza, Gabriel decide revelarle su verdadera identidad: es Gabriel de la Reina, hijo de Bernardo, sobrino de Damián y primo de Marta y Andrés. Le cuenta que su padre emigró a México siendo muy joven y que Damián lo borró de la historia familiar, apropiándose de la herencia y del legado de los abuelos. Su relato está teñido de resentimiento: asegura que lleva el apellido de la familia que más odia y que su objetivo ha sido siempre infiltrarse en la empresa para destruirlos desde dentro.
Isabel, confundida, no entiende qué papel juega en toda esa guerra personal. Gabriel entonces le confiesa que conoció a Jesús, con quien planeaba arrebatarle la empresa a Damián. La muerte de Jesús frustró sus planes y lo llevó a utilizarla a ella como pieza en su estrategia. Isabel, herida, lo acusa directamente: se hizo pasar por otra persona, la engañó con promesas de amor y de matrimonio solo para obtener información. Gabriel, sin esquivar la acusación, admite que la utilizó, pero insiste en que, con el tiempo, terminó enamorándose de verdad.
Isabel no le cree. Está convencida de que sus palabras son otra mentira más. Furiosa, toma el teléfono y lo amenaza con contarle todo a la familia De la Reina. Declara que si bien odia a Damián y a los suyos, ahora odia aún más a Gabriel por haber jugado con sus sentimientos. Gabriel, en un gesto desesperado, cambia de táctica y le dice que lo revele todo, que ya nada tiene sentido si en el camino ha perdido lo único que de verdad le importa: ella.
El clima se vuelve asfixiante. Isabel, con el teléfono en la mano, marca el número de la familia. Cada segundo que pasa aumenta la tensión: ¿realmente contará todo lo que sabe, desatando un vendaval en la familia De la Reina? ¿O las palabras de Gabriel lograrán sembrar una duda en su corazón? La escena queda suspendida en la incertidumbre, con Isabel sosteniendo en sus manos no solo un teléfono, sino el poder de arrasar con secretos cuidadosamente guardados durante años.
Este avance deja entrever que nada volverá a ser igual en Sueños de libertad. Irene seguirá luchando por encontrar a José, Damián deberá cargar con la sombra de lo ocurrido con Pedro, y Gabriel corre el riesgo de perderlo todo, atrapado en la telaraña de sus propias mentiras. Isabel, por su parte, se erige como la figura clave, capaz de hacer caer a los De la Reina con una sola llamada. El destino de todos pende de un hilo, y la pregunta que queda flotando es tan inquietante como inevitable: ¿será Isabel quien finalmente revele el secreto que podría destruirlo todo?