¡ANDRÉS DESCUBRE EL MAYOR SECRETO DE MARÍA EN EL MOMENTO MÁS PELIGROSO EN SUEÑOS DE LIBERTAD!
En el nuevo avance de Sueños de Libertad, la historia alcanza uno de sus momentos más intensos y reveladores. La tensión se apodera del ambiente cuando Andrés, sin proponérselo, descubre el secreto mejor guardado de María: ha recuperado la movilidad de sus piernas. Este hallazgo sucede justo cuando la fábrica está al borde de una catástrofe, convirtiendo la escena en una mezcla de peligro, emociones encontradas y verdades que cambiarán para siempre las relaciones entre los personajes.
El episodio comienza en la casa de la familia Reina. María, aparentemente tranquila, habla por teléfono para reorganizar una cita de rehabilitación. Aunque su tono intenta ser sereno, su lenguaje corporal revela cierta tensión, como si ocultara algo. De pronto, Andrés aparece en la puerta, observándola en silencio. Su presencia la toma por sorpresa, pero ella intenta disimular. La calma se rompe cuando él pregunta con voz firme por qué ha cambiado la cita de rehabilitación. María responde con soltura que debe reunirse con el asesor para resolver un asunto relacionado con la cartera de Julia y que aprovechará el viaje. Pero Andrés no parece convencido.
Cuando él se ofrece a acompañarla, María se apresura a rechazar la propuesta. Con voz seca, explica que Gabriel la llevará, pues también tiene gestiones que hacer en Madrid. Ese nombre cambia por completo el semblante de Andrés. Su expresión se endurece, su tono se vuelve molesto y sus palabras, cargadas de celos, revelan la tensión que lleva acumulando. No entiende por qué María prefiere ir con su primo teniendo chofer propio. La conversación se torna un enfrentamiento personal.
María, harta de su actitud, le lanza una pregunta directa: ¿Su rabia hacia Gabriel tiene que ver con la boda de Begoña? Andrés se incomoda, intenta evadir el tema, pero ella insiste. Lo acusa de no haber superado el hecho de que Begoña haya elegido casarse con su primo y no con él. La herida de Andrés es evidente. Con voz contenida, asegura que Begoña se está equivocando, que casarse con Gabriel es un error. Las palabras de María se vuelven más duras, casi como si buscara herirlo para protegerse. La tensión estalla entre ellos, hasta que el timbre del teléfono interrumpe la discusión.
María atiende la llamada y, tras unos segundos, extiende el aparato a Andrés: es Tasio. Su voz suena alterada desde la fábrica. Explica que algo extraño ocurre en las calderas: el depósito está emitiendo demasiado vapor y el manómetro parece dañado, pues no indica aumento de presión. Andrés, preocupado, se pone de pie de inmediato. Su mente trabaja rápido. Si los medidores no marcan bien, podría tratarse de una manipulación intencionada. María lo observa cada vez más inquieta, comprendiendo que no se trata de una simple avería. Su miedo crece: sabe que algo grave está ocurriendo y que ese incidente podría ser consecuencia de un plan oscuro.
Andrés da instrucciones precisas: Tasio debe desalojar la sala y avisar al fabricante, pues el riesgo de explosión es real. Luego, sin dudarlo, se dispone a ir personalmente a revisar las calderas. María, presa del pánico, intenta detenerlo. Le pregunta con voz temblorosa qué ocurre, y cuando él le explica que puede haber un problema con la caldera, reacciona desesperadamente: le ruega que no vaya. Andrés se sorprende por la intensidad de su suplica, pero su determinación no flaquea. Insiste en que es ingeniero y que conoce la máquina mejor que nadie. Si hay un peligro, debe actuar.
La angustia de María aumenta. Intenta razonar con él, pero sus palabras suenan vacías ante la inminencia del peligro. Andrés se prepara para marcharse, pero algo lo detiene: el tono de voz de María cambia, casi suplicante, tembloroso, cargado de un miedo que no puede disimular. «Si mandaste desalojar la sala porque puede ser peligroso», dice llorando, «tú también estarás en peligro». Andrés intenta tranquilizarla, prometiendo que no le pasará nada. Pero María no puede soportarlo más.

De pronto, ocurre lo impensado. Mientras llora y le ruega que no vaya, sin darse cuenta, se pone de pie. Sus manos se apoyan en los brazos del sillón y, en un movimiento espontáneo, logra levantarse. Andrés se queda petrificado. La incredulidad se refleja en su rostro. María, consciente de lo que acaba de hacer, también se paraliza. Su mirada mezcla terror, sorpresa y vergüenza. Intenta encontrar una explicación, pero las palabras no salen.
El silencio que sigue es abrumador. Andrés, con el corazón latiendo a toda velocidad, no sabe si sentirse aliviado porque ella puede caminar o devastado por la traición de haberlo ocultado. Las preguntas se agolpan en su mente, pero el sonido de la caldera resonando en la distancia lo devuelve a la realidad. No hay tiempo para reproches ni para entender lo que acaba de descubrir. El peligro es inminente.
María, entre lágrimas, vuelve a suplicarle que no vaya. Andrés, con el alma dividida entre la confusión y el deber, se encamina hacia la puerta. Ella grita desesperada su nombre, pero él ya ha salido, cerrando la puerta tras de sí. María queda temblando, prisionera de su miedo. Sabe que algo terrible está por suceder y que Gabriel podría estar detrás de todo. Su corazón late con desesperación, sintiendo que Andrés camina directo hacia una trampa.
En la fábrica, el ambiente se vuelve asfixiante. El vapor se acumula, las calderas vibran con violencia, el metal cruje bajo una presión cada vez más peligrosa. Tasio observa los indicadores con miedo, sin saber si actuar o esperar. Cada segundo que pasa es una cuenta regresiva hacia el desastre. Todo parece indicar que algo está a punto de estallar.
Mientras tanto, Andrés se aproxima al lugar sin saber que su vida está en riesgo y que María ha revelado, sin quererlo, el secreto que ha guardado por tanto tiempo. El destino de ambos queda suspendido en un instante de tensión insoportable. El capítulo deja abiertas varias preguntas: ¿Descubrirá Andrés que Gabriel es responsable de la sabotaje? ¿Podrá María evitar la tragedia? Y, sobre todo, ¿qué consecuencias traerá para ellos el hecho de que Andrés haya visto a María caminar?
El episodio termina con la imagen del vapor escapando sin control, el reloj marcando los segundos y el eco de un destino incierto. La tensión se siente como una sombra que se cierne sobre todos. Sueños de Libertad alcanza así uno de sus puntos más altos, mezclando el drama emocional con la amenaza de una tragedia inminente, donde el amor, la mentira y el peligro se entrelazan de manera explosiva.