El avance semanal de ‘Sueños de libertad’ anticipa el adiós de un protagonista y la decisión de Begoña, que afecta a Andrés

Sueños de libertad: El avance semanal de ‘Sueños de libertad’ anticipa el adiós de un protagonista y la decisión de Begoña, que afecta a Andrés

Escena 1: EL DESPERTAR DE BEGOÑA – La Decisión de la Esposa

[CAMBIO DE ESCENA] La habitación de matrimonio de BEGOÑA y JESÚS. Begoña está despierta mucho antes del amanecer, la luz tenue del amanecer apenas se filtra por las cortinas de encaje. Ella no puede dormir. Sus pensamientos giran en torno al ultimátum: quedarse al lado de Jesús y seguir con una vida de fachada o luchar por la verdad y por el amor que siente por ANDRÉS.

El avance semanal de 'Sueños de libertad' anticipa el adiós de un  protagonista y la decisión de Begoña, que afecta a Andrés

Se levanta con una determinación fría, vistiéndose lentamente pero con propósito. En el espejo, su reflejo es el de una mujer que finalmente ha tomado una decisión trascendental, la cual cambiará el curso de tres vidas.

BEGOÑA (monólogo interior, voz en off):

“Ya no puedo vivir en la mentira, en este silencio que nos consume a todos. Jesús es mi marido, sí, pero Andrés es la verdad de mi alma. Esta semana, tengo que elegir entre la comodidad de la prisión dorada o la libertad de un futuro incierto. Y mi decisión, sé que destrozará a Jesús, pero debe hacerse.”

Toma una pequeña caja de madera de su tocador, donde guarda cartas viejas y un broche de su madre. La mira, su rostro se endurece.

Escena 2: EN EL DESPACHO DE JESÚS – La Confesión y el Estallido

[CAMBIO DE ESCENA] Horas después. Jesús está en su despacho, revisando documentos, con su temperamento habitual, tenso y controlador. Begoña entra sin llamar, su postura es firme.

JESÚS (levanta la vista, irritado):

“Begoña, ¿no sabes llamar a la puerta? Estoy ocupado. ¿Qué es tan urgente? ¿Otro problema con la servidumbre?”

BEGOÑA (su voz es clara y sin vacilaciones, a pesar de su miedo interno):

“No, Jesús. Soy yo. Lo que es urgente es la verdad. Necesito que sepas que me voy. Que no puedo seguir siendo tu esposa.”

El silencio que sigue es pesado, interrumpido solo por el tic-tac de un reloj de pared antiguo. Jesús se queda inmóvil, sus ojos clavados en ella, incrédulo.

JESÚS:

“¿Qué dices? ¿Una broma de mal gusto? Begoña, deja de jugar. Somos marido y mujer. Tenemos una vida. Tenemos… ¿Acaso me estás dejando por otro?”

Begoña no responde con palabras, sino con su silencio y la firmeza de su mirada. Jesús entiende, y la comprensión se convierte en una furia volcánica.

JESÚS (se levanta, gritando):

“¡Andrés! ¡Es ese maldito traidor! ¡Mi propio hermano! Lo sabía. Lo supe desde el principio. ¡No vas a ir a ninguna parte! ¡Te prohíbo que me humilles de esta manera!”

BEGOÑA:

“No, Jesús. No me lo vas a prohibir. Soy una mujer adulta y esta es mi decisión. No tienes poder sobre mis sentimientos. Tienes que dejarme ir. Por ti. Por mí.”

Jesús avanza hacia ella, su rostro pálido y distorsionado por la ira. La escena está al borde de la violencia.

Escena 3: EL ADIÓS EN LA ESTACIÓN – La Partida del Protagonista

[CAMBIO DE ESCENA] La estación de tren, el mismo día, al atardecer. El ambiente es dramático y cargado. ANDRÉS (el otro protagonista clave) está allí. No está solo; varios miembros del reparto, incluyendo a Chloe, se han reunido para despedirle. Su equipaje, no es una maleta pequeña, sino varias cajas, sugiriendo una partida de largo plazo.

El personaje de Andrés ha tomado una decisión trascendental en la serie: irse. La presión de la culpa por Begoña, el acoso de Chloe y la amenaza constante de Jesús lo han empujado a abandonar el pueblo y la Perfumería De la Reina.

CHLOE (mira a Andrés con una mezcla de respeto y decepción):

“Así que huyes. No te creía un cobarde, Andrés. Pensé que lucharías por Begoña. Y por tu lugar en esta compañía.”

ANDRÉS (su rostro es sombrío, pero hay una calma en su voz):

“No huyo, Chloe. Me voy para protegerlos a todos. Mi presencia aquí solo ha traído dolor. Y ahora que Begoña ha tomado su propia decisión, necesito darle espacio. Además, mi misión en la perfumería ha terminado. No puedo seguir en un lugar lleno de secretos.”

Se abraza a sus compañeros, sus palabras son de despedida sincera. El drama se intensifica cuando el tren se anuncia.

ANDRÉS:

“Adiós, a todos. No me busquéis. Necesito empezar de cero.”

Justo cuando está a punto de subir al tren, BEGOÑA aparece corriendo en la estación. Su ropa está desordenada, sus ojos están rojos e hinchados, pero hay un rayo de esperanza en su rostro. Ella se ha liberado de Jesús.

BEGOÑA (jadeando):

“¡Andrés! ¡No te vayas! ¡He dejado a Jesús! ¡He tomado mi decisión!”

Andrés se detiene en seco en el escalón del tren. Sus ojos se encuentran. Es el momento cumbre, un reencuentro agridulce.

ANDRÉS (una mezcla de alegría y resignación):

“Begoña… ¿Por qué lo has hecho? Sabes que mi decisión está tomada. No puedo quedarme aquí. No ahora. Tienes que ser fuerte. Lucha por tu nueva vida.”

El tren emite un fuerte silbido, las puertas se cierran automáticamente. Andrés le da un último, desesperado beso.

ANDRÉS:

“Espérame. No he dicho adiós para siempre. Volveré. Pero ahora… tienes que encontrar tu propia libertad. Sola.”

El tren comienza a moverse. Begoña se queda en el andén, observando cómo se aleja el tren que se lleva al hombre que ama, y por el que acaba de sacrificar su vida entera. Ella se derrumba, sabiendo que su decisión ha tenido un impacto dramático: ha perdido a su marido, pero también ha desterrado a su amor.