Una Nueva Vida Capitulo 8: ¡Ferit quiere un hijo con Seyran!
Una nueva vida: Una Nueva Vida Capítulo 8: ¡Ferit quiere un hijo con Seyran!
Escena 1: EL DESPERTAR – La Culpa y el Silencio
[CAMBIO DE ESCENA] La mañana siguiente. La habitación de Ferit en la mansión de Gaziantep es grande y lujosa, pero se siente opresiva. Ferit se despierta abruptamente, con el recuerdo del beso con Suna golpeándolo como un puñetazo. Se levanta de la cama, la culpa es una náusea amarga.

Camina hacia el espejo. Su reflejo lo mira con ojos de arrepentimiento y auto-odio.
FERIT (murmura para sí mismo, golpeando suavemente el cristal):
“¿Qué has hecho, Ferit? ¿Qué hiciste? ¡Seyran! ¡Es su hermana! Esto no es un juego. Esto es traición. Es lo que siempre quisiste evitar.”
Su teléfono suena. Es una videollamada de SEYRAN. Él duda. ¿Cómo puede mirarla a la cara después de lo que pasó anoche? Finalmente, contesta, obligándose a poner una máscara de calma.
SEYRAN (aparece en la pantalla, radiante bajo el sol de Estambul, pero con una expresión seria):
“Buenos días. Tienes que irte de Gaziantep hoy. Ahora. El abuelo llamó. Dijo que necesita que vuelvas para la reunión de la junta directiva mañana. No aceptará un ‘no’.”
El corazón de Ferit da un vuelco. ¡Volver a Estambul! ¡Volver con Seyran! Es una oportunidad para enmendar las cosas. Un escape de Suna.
FERIT:
“Seyran, no sabes lo feliz que me hace oír eso. Preparo mis cosas. Salgo inmediatamente. Quiero verte. Te necesito.”
SEYRAN (arquea una ceja, sospechando la intensidad de su tono):
“Bien. Pero no por mí, Ferit. Vuelves por negocios. Y necesito que te concentres. La presión del abuelo es enorme. Y… después de la junta, necesitamos hablar. Seriamente. Sobre nuestro futuro.”
Ferit siente un escalofrío. Ella quiere hablar del futuro. Pero él acaba de envenenar su presente.
FERIT:
“Sí. Lo haremos. Y te prometo que esta vez, todo será diferente. Te lo prometo, Seyran.”
Escena 2: EL ENCUENTRO SILENCIOSO – La Advertencia de Suna
[CAMBIO DE ESCENA] Ferit se apresura a salir de la mansión. Mientras baja las escaleras, se cruza con SUNA. Ella está en la sala, tomando el té, con una calma que Ferit encuentra espeluznante. Ella lo mira por encima de su taza. No hay vergüenza en su mirada, solo una posesividad glacial.
SUNA (con un tono bajo, audible solo para él):
“Te vas. Rápido. ¿Huyendo de mí, Ferit? ¿Huyendo de la verdad?”
FERIT (avanza hasta ella, su voz es un siseo de rabia reprimida):
“Esto fue un error. Un error estúpido, Suna. Y no volverá a pasar. No le dirás nada a Seyran. ¿Me oyes? Ella no merece esto. Y te juro que si abres la boca, te arrepentirás.”
Suna sonríe, el vaso de té en su mano se agita ligeramente.
SUNA:
“Oh, no te preocupes, cuñado. Yo no hablaré. Los secretos son mucho más divertidos cuando se guardan. Especialmente cuando nos recuerdan que la persona que nos eligió a ambas es un hombre que necesita ser consolado. Ve con Seyran. Pero recuerda que aquí, en Gaziantep, tienes un lugar donde puedes ser tú mismo.”
La mirada de Suna es una amenaza silenciosa. Ferit se da la vuelta, sintiendo el peso de su pecado sobre su espalda.
Escena 3: LA DECISIÓN – El Deseo de una Familia
[CAMBIO DE ESCENA] Horas después. Estambul. El apartamento de Ferit y Seyran. Seyran está sola, repasando documentos, cuando Ferit entra. Él no la besa inmediatamente, sino que la mira desde la puerta, tomando toda su belleza y su fuerza.
FERIT (se acerca a ella, con una seriedad que Seyran no le había visto antes):
“Seyran. Si quieres que hablemos de nuestro futuro… hablemos ahora.”
Ella se levanta. Hay cautela en sus ojos.
SEYRAN:
“Muy bien. El futuro. Ferit, quiero una vida real. Un matrimonio con significado. Un propósito. Y hasta ahora, solo hemos sido un contrato, una farsa para tu abuelo.”
Ferit toma sus manos, sus ojos buscan desesperadamente los de ella. El arrepentimiento por Suna lo impulsa a buscar la redención en la única persona que realmente le importa.
FERIT:
“Tienes razón. Un contrato. Pero quiero que se convierta en algo real. Yo… he estado pensando. En Gaziantep. Estaba tan solo, tan frustrado. Y me di cuenta de lo que realmente quiero. Lo que realmente necesito para que esto funcione.”
Seyran lo mira expectante.
FERIT:
“Necesito que seamos una familia, Seyran. No solo tú y yo como un acuerdo de negocios. Sino algo que nos una para siempre. Algo que le dé sentido a toda esta locura, algo que el abuelo no pueda destruir.”
Él le acaricia el rostro con ternura, un gesto que Seyran había creído perdido.
FERIT:
“Quiero un hijo contigo, Seyran. Quiero un bebé Korhan-Şanlı. Un hijo. Que sea el centro de nuestra nueva vida. Un niño que traiga la alegría que nuestra relación nunca ha tenido. Quiero… nuestro hijo.”
Seyran se queda helada. La propuesta es un shock. Un hijo. ¿Un hijo con este hombre? El hombre que la ha frustrado, la ha confundido, y de quien apenas sabe si puede confiar. Pero la seriedad en sus ojos, la desesperación subyacente, es real. Es el deseo de un hombre que busca un ancla.
SEYRAN (su voz es un hilo, llena de conflicto):
“¿Un hijo? Ferit… ¿Estás seguro de lo que estás pidiendo? Un hijo no es un contrato. Es para siempre. Es… una nueva vida.”
Ferit asiente, sus ojos llenos de una mezcla de esperanza y miedo.
FERIT:
“Lo sé. Y es lo único que quiero. ¿Qué dices, Seyran? ¿Me das esta nueva vida? ¿Nos la das?”
El rostro de Seyran está indeciso. La tentación de construir algo real con Ferit, de desafiar a su destino, es fuerte. Pero el riesgo de traer un niño a este caos es inmenso. La pregunta flota en el aire, el destino de su matrimonio y de la familia Korhan en la balanza.
[FIN DEL CAPÍTULO. EL SILENCIO DE SEYRAN DICE MÁS QUE MIL PALABRAS.]