Una Nueva Vida Capitulo 7: ¡Suna está besando a Ferit!

Una nueva vida: Una Nueva Vida Capítulo 7: ¡Suna está besando a Ferit!

Escena 1: EN EL JARDÍN SECRETO – La Trampa de la Noche

[CAMBIO DE ESCENA] La noche ha caído sobre la mansión Korhan en Gaziantep. El aire es denso, cargado con el perfume de los jazmines y una tensión silenciosa y sofocante. FERIT (el heredero guapo, pero atormentado, con un traje perfectamente cortado) está de pie en un rincón apartado del inmenso jardín, cerca de una fuente de piedra olvidada. Sus hombros están tensos. Está hablando por teléfono con su esposa, SEYRAN, que está en Estambul.

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FERIT (su voz es baja, teñida de frustración):

“Seyran, por favor. Entiéndeme. No es que no quiera estar allí. Es que no puedo. Mi abuelo… él lo sabría. Y sabes lo que significa su ira para todos aquí. No puedo dejar Gaziantep ahora. Me siento atrapado. Y tú… ¿Por qué sigues tan fría? ¿Acaso no te importa lo que siento?”

Una sombra se acerca a él, deslizándose por el sendero de gravilla. Es SUNA (la hermana mayor de Seyran, hermosa, pero con un resentimiento palpable que se esconde tras una fachada de dulzura). Ella está vestida con un elegante vestido de seda que brilla bajo la luz de la luna.

SEYRAN (Voz de Ferit, áspera y distante, saliendo del teléfono):

“Lo que yo siento, Ferit, es que me dejaste aquí. Sola. Con tu familia. Y mientras tú estás allá jugando al heredero obediente, yo estoy pagando el precio. No me llames hasta que tengas algo real que decir.”

Seyran cuelga. El silencio es ensordecedor. Ferit baja el teléfono, su puño se aprieta contra su muslo. La frustración y la soledad son casi visibles en él.

SUNA (con una voz suave, casi de terciopelo, que le envuelve la rabia):

“Ella es tan… dura, ¿no es así, Ferit? Tan fría. Tan exigente. Siempre tan crítica con todo lo que haces.”

Ferit se sobresalta, dándose la vuelta para ver a Suna. Sus ojos están llenos de dolor.

FERIT:

“Suna. ¿Qué haces aquí? No deberías estar despierta tan tarde. Y no te entrometas en mis asuntos.”

SUNA:

“No me entrometo, Ferit. Yo solo… observo. Yo te veo. Te veo luchando por ser el hombre que quieren que seas. El esposo que Seyran cree que merece. Y nadie más te ve. Nadie ve tu dolor.”

Ella da un paso más cerca. El perfume de los jazmines se intensifica, mezclándose con el de Suna, que es más fuerte, más embriagador.

SUNA:

“Pero yo sí. Yo te veo, Ferit. Y sé lo que es sentirse atrapado. Sé lo que es casarse con la persona equivocada. Yo iba a ser tu esposa, ¿lo recuerdas? Y tal vez, si lo hubiera sido, yo sí te habría dado la calidez que necesitas. No la frialdad de Estambul, sino la pasión de Gaziantep.”

Escena 2: EL BESO PROHIBIDO – La Traición Consumada

La cercanía de Suna es electrizante. La ira y el rechazo de Seyran han dejado a Ferit vulnerable, su juicio nublado por el alcohol y la desesperación.

FERIT (su voz es apenas un susurro, cargada de cinismo):

“Pasión, ¿Suna? ¿Crees que la pasión resolvería algo? Todo en mi vida es una mentira. Mi matrimonio es una mentira. Mis sentimientos… son un caos.”

SUNA:

“La pasión es la única verdad que queda, Ferit. Lo único que no podemos negar. Lo único que nos recuerda que estamos vivos. Y tú, Ferit, tú estás a punto de explotar.”

Ella levanta su mano. En lugar de apartarla, Ferit se queda inmóvil, observando cada uno de sus movimientos. Suna desliza suavemente sus dedos sobre la mejilla de Ferit, su contacto es deliberado, provocador.

SUNA:

“Solo necesitas un momento. Un solo momento para olvidar todo. A Seyran. Al abuelo. La mansión. Solo un momento para ser el hombre que quiere ser.”

Sus rostros están a centímetros. La luz de la luna ilumina la desesperación en los ojos de Ferit y la calculada intensidad en los de Suna.

FERIT:

“No… Suna… no deberíamos…”

Pero la palabra muere en su garganta. El rechazo de Seyran y la soledad que siente son un torrente que lo arrastra. Suna no le da tiempo para pensarlo. Ella se eleva sobre la punta de sus pies, sujetando su rostro con ambas manos con una firmeza sorprendente, y lo besa.

El beso es inesperado, urgente y lleno de la rabia contenida de Suna y la desesperación de Ferit. No es un beso de amor, sino un acto de traición, un grito silencioso de auxilio y de venganza.

Escena 3: LA TESTIGO – El Telón Cae

[CAMBIO DE ESCENA] Al mismo tiempo, en un balcón con vistas al jardín.

HATICE AĞA (La matriarca, que mantiene un control invisible sobre la mansión), sale al balcón a tomar el aire, envuelta en una pijama de seda. Ella respira hondo el aire de la noche.

Sus ojos, viejos y perspicaces, se posan inmediatamente en la oscura silueta junto a la fuente. Ella entrecierra los ojos, observando la escena que se desarrolla a continuación.

HATICE AĞA (su voz es un susurro, lleno de horror y comprensión):

“¡Oh, alá! ¡No! ¡La hija de Kazim… la hermana! ¡Suna!”

Ella ve la consumación del beso. El mundo parece detenerse para ella. La traición ha ocurrido, no solo de un esposo a su esposa, sino de una hermana a otra, y de un nieto a la estricta moral de la familia Korhan. Hatice se lleva una mano temblorosa a la boca, sus ojos fijos en la escena.

HATICE AĞA (un murmullo aterrador):

“Esto… esto lo destruirá todo. La paz. La familia. Seyran… Si se entera… Esto es la guerra. Una guerra que empieza esta misma noche.”

El beso termina. Ferit se aparta bruscamente de Suna, su rostro es una máscara de shock y arrepentimiento inmediato. Suna sonríe, una sonrisa de victoria oscura.

SUNA:

“Ahora… ambos tenemos un secreto, Ferit. Un secreto que nos une. Y nos protege. De Seyran.”

Ferit la mira con horror. Él ha cruzado un umbral. Arriba, en la oscuridad, Hatice se derrumba sobre la barandilla, jadeando. La nueva vida de Seyran con Ferit acaba de ser sentenciada.