Sueños de Libertad Capítulo 423-428 AVANCE
Esta semana, Sueños de Libertad nos ha sumergido en un torbellino de emociones que va desde la desesperación hasta la esperanza, para después arrastrarnos de nuevo al abismo de la traición. Los episodios del 423 al 427 han sido una auténtica montaña rusa en la que los secretos más oscuros salieron a la luz, los sueños más frágiles cobraron vida y las decisiones fatídicas marcaron el destino de la familia de la Reina y de su legendaria empresa, Perfumerías de la Reina.
Todo comenzó con una situación financiera crítica. Tras la explosión que devastó la fábrica, la compañía necesitaba dinero urgentemente para reconstruirse. Los rumores sobre su crisis se propagaron rápidamente, atrayendo a depredadores financieros. El rival más peligroso, Floral, aprovechó la oportunidad para ofrecer la compra de acciones, comportándose como un buitre sobre el cadáver. Pero Damián, fiel a su integridad, se opuso con firmeza recordando cómo Floral había infiltrado al espía Gonzalo en la empresa. Su rechazo fue tajante, y gracias al apoyo de Tasio y otros accionistas, la familia mantuvo el control, aunque la decisión no resolvía el problema de fondo: la falta de liquidez seguía siendo una amenaza mortal.
Cuando todo parecía perdido, surgió una nueva propuesta. Esta vez, provenía de un conglomerado italiano de grandes almacenes: Masina. A primera vista, la oferta parecía una salvación caída del cielo. Sin embargo, Damián no se dejó llevar por el entusiasmo y cuestionó las verdaderas intenciones de una empresa extranjera de moda interesada en un negocio de perfumes. Gabriel, más prudente que nunca, propuso investigar sus antecedentes financieros. Pero justo cuando empezaban a confiar, Masina cambió las reglas del juego: exigió el 51% de las acciones. Aquello significaba perder el control absoluto de Perfumerías de la Reina.

El estallido fue inmediato. Tasio, furioso tras recibir la llamada, comprendió que los italianos no solo querían un trozo del pastel, sino quedarse con toda la receta. La tensión subió hasta el punto de convocar una junta extraordinaria. María representaría las acciones de su marido Andrés —aún en coma— y también las heredadas de Julia, lo que la convertía en una figura clave en la votación. Damián intentó persuadirla de rechazar la oferta, pero María, realista, sostuvo que la quiebra sería aún peor que perder el mando. Bajo una presión insoportable, la familia Merino —Digna, Luis y Joaquín— también terminaron cediendo.
El resultado fue devastador: Perfumerías de la Reina vendió el 51% de sus acciones a Masina. Solo Damián votó en contra. Su discurso final fue un lamento de dignidad herida: “Acabamos de entregar el alma de esta casa a manos extrañas. A partir de hoy, la empresa vivirá, sí, pero ya no con honor.”
Mientras tanto, un rayo de esperanza llegaba desde el hospital. Andrés, tras semanas en coma, empezó a mostrar signos de vida. Movió un dedo, luego un suspiro… hasta que, finalmente, abrió los ojos y pronunció sus primeras palabras. La alegría fue inmensa, especialmente para María, que había permanecido a su lado día y noche. Sin embargo, el milagro vino acompañado de una sombra: Andrés había perdido la memoria. No recordaba nada del accidente ni de los días previos. Su mente era un vacío, aunque reconocía a sus seres queridos.
El desconcierto fue total cuando Damián le contó la verdad sobre la explosión y la muerte de Benítez. Andrés se sintió culpable, abrumado por una amnesia que podría esconder algo mucho más grave. Porque detrás del accidente se oculta un secreto que solo Gabriel y María conocen… y que podría destruirlos si él lo recordara.
En paralelo, María recibió también una noticia esperanzadora: después del trauma de la explosión, comenzó a recuperar la sensibilidad en sus piernas. Los médicos confirmaron que no había daños irreversibles, y ella decidió guardar silencio para sorprender a Andrés cuando despertara. Ese momento llegó con lágrimas y emoción. La pareja, rota pero viva, parecía tener una nueva oportunidad.
No todos los corazones, sin embargo, hallaron consuelo. Claudia, desgarrada por el miedo, terminó rompiendo con Raúl. El recuerdo de la muerte de Mateo y el riesgo de las carreras la atormentaban. Eligió marcharse antes que vivir con la ansiedad constante. Fue una decisión dura pero valiente, símbolo de su madurez emocional.
Mientras tanto, Carmen vivió su propio torbellino. El regreso inesperado de David, un antiguo amor de juventud convertido ahora en albañil viudo, removió sentimientos que creía enterrados. Tasio, al descubrirlo, reaccionó con celos y prejuicios, abriendo una nueva grieta en su matrimonio.
Irene también dio un paso decisivo: renunció a Perfumerías de la Reina para marcharse con José a Madrid y reabrir la vieja floristería de su familia. Pero antes de irse, enfrentó a Damián con una pregunta directa: ¿fue él quien mató a su hermano Pedro? Su silencio lo delató. Aunque no lo dijo abiertamente, su evasiva fue una confesión velada. La escena dejó al público helado: Damián, el patriarca moral, tenía las manos manchadas de sangre.
En otro rincón del drama, Begoña seguía ocultando su embarazo bajo la excusa de un resfriado, pero Manuela pronto descubrió la verdad. Gabriel, cada vez más controlador, la protegía con un celo excesivo, incluso prohibiéndole visitar a Andrés. Cuando finalmente decidieron anunciar la buena nueva, la alegría inundó a todos, especialmente a Damián, quien se emocionó al saber que sería abuelo. Solo Julia, la pequeña, reaccionó con tristeza, temiendo que su madre la olvidara con la llegada del bebé.
Pero el secreto más peligroso aún estaba por estallar. Digna, incapaz de soportar más el peso del pasado, confesó a Marta la verdadera historia de la muerte de Jesús de la Reina. Ella no fue la responsable, como siempre creyó. El disparo fue accidental, fruto de una pelea en la que intentaba desarmarlo. Lo peor llegó después: Pedro, el hermano de Irene, encontró a Jesús aún con vida… y lo dejó morir por odio. Luego manipuló a Damián para encubrirlo. Este espeluznante giro dejó a Marta conmocionada. Ahora ella y Damián comparten un secreto capaz de destruir a ambas familias.
Por si fuera poco, un fantasma del pasado regresó para atormentar a Marta: Eladio Pulido, el hombre que la atacó años atrás, volvió a aparecer. Su llamada telefónica fue una amenaza velada, insinuando que cuanto más alto es el cargo, más dura será la caída. Marta quedó aterrorizada: la pesadilla no había terminado.

En medio del caos, Claudia y Gaspar idearon una alternativa desesperada: crear una cooperativa de trabajadores para salvar la empresa. Reunieron fondos, convocaron apoyos y presentaron la propuesta a Tasio justo antes de la junta. Él los felicitó por su nobleza, pero el dinero era insuficiente para competir con la oferta italiana. Aun así, prometió presentarla como último gesto de resistencia. Fue un acto heroico, aunque inútil.
Porque el golpe final llegó poco después. Horas después de la venta, Tasio recibió una llamada de Brosar, la empresa matriz de Floral. El anuncio fue demoledor: habían adquirido todas las acciones que Masina acababa de comprar. Se reveló la verdad: Masina era una empresa fantasma, un títere de Brosar. El enemigo había ganado la guerra con astucia, usando un intermediario para lograr lo que nunca habría conseguido de frente. Y lo más inquietante: Gabriel estaba involucrado en la maniobra.
La traición fue total. La familia de la Reina no solo perdió su empresa, sino su honor. Ahora, el destino de Perfumerías de la Reina está en manos del enemigo.
Y el futuro se presenta más incierto que nunca. ¿Recordará Andrés lo que realmente pasó? ¿Revelará María la verdad sobre su complicidad con Gabriel? ¿Logrará Damián cargar con su secreto sin desmoronarse? ¿O los pecados del pasado volverán para hundirlos a todos?
Lo único seguro es que la tormenta apenas comienza. Y en Sueños de Libertad, cada nuevo amanecer trae más sombras que luz.