Sueños de Libertad Capítulo 14 de Octubre (Begoña le comunica a Andrés que está embarazada)

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y violetas. Begoña se encontraba en la cocina de su casa, los aromas de la cena llenaban el aire, pero su mente estaba lejos de la comida que cocinaba. Su corazón latía con fuerza, y la ansiedad la invadía mientras esperaba a Andrés.

“¿Qué dirá cuando se entere?” se preguntaba, mirando por la ventana. La noticia que llevaba días guardando pesaba en su pecho como una losa. Había imaginado este momento de tantas formas, pero ninguna parecía suficiente para prepararla para la realidad.

Avance semanal de 'Sueños de libertad', del 13 al 17 de octubre: Begoña  acepta casarse con Gabriel y él sigue engañando a todos | Series

Finalmente, escuchó la puerta abrirse. Andrés entró, cansado pero sonriente. “Hola, amor. Huele delicioso”, dijo, acercándose para abrazarla. Begoña sintió el calor de su cuerpo, y por un instante, olvidó su preocupación.

“Hola, Andrés. ¿Cómo te fue en el trabajo?”, preguntó, tratando de mantener la voz tranquila.

“Lo de siempre, un día largo. Pero estar aquí contigo lo hace todo mejor”, respondió él, mirándola a los ojos. Begoña sintió que su corazón se aceleraba.

“¿Te gustaría cenar ahora o prefieres que esperemos un poco más?”, preguntó, buscando el momento adecuado para revelar su secreto.

“No tengo hambre, solo quiero estar contigo”, dijo Andrés, tomando su mano y llevándola a sus labios. El gesto le dio fuerzas, pero también aumentó su nerviosismo.

Begoña respiró hondo, sintiendo que el momento se acercaba. “Andrés, hay algo importante de lo que quiero hablar contigo.”

La expresión de Andrés cambió ligeramente, y su sonrisa se desvaneció, reemplazada por una mirada de preocupación. “¿Qué sucede? Te veo nerviosa.”

“Es algo grande… algo que cambiará nuestras vidas.” Las palabras salieron de sus labios con dificultad. Andrés frunció el ceño, y Begoña sintió que el tiempo se detenía.

“¿Estás bien? ¿Es algo sobre tu salud?”, preguntó él, acercándose más, su preocupación palpable.

“No, no es eso. Estoy… estoy embarazada.”

El silencio se apoderó de la habitación. Begoña observó cómo la expresión de Andrés pasaba de la preocupación a la incredulidad. “¿Embarazada? ¿Estás segura?” Su voz temblaba, y Begoña asintió, sintiendo que la ansiedad la envolvía.

“Lo descubrí esta mañana. Hice la prueba y salió positiva. Andrés, vamos a ser padres.”

Andrés se quedó paralizado, sus ojos fijos en ella. Begoña podía ver cómo su mente trataba de procesar la noticia. “No sé qué decir…” murmuró, y el silencio se hizo aún más denso.

“¿No estás feliz?”, preguntó Begoña, sintiendo que su corazón se hundía. “Porque yo… yo estoy aterrada, pero también emocionada.”

Andrés se movió, alejándose un poco, como si necesitara espacio para pensar. “Es solo que… es inesperado. No estábamos preparados para esto.”

“Lo sé, pero nunca hay un momento perfecto para algo así. Solo sé que te amo y quiero que estemos juntos en esto.”

La mirada de Andrés se tornó seria. “¿Y qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a criar a un hijo en esta situación?”

Begoña sintió que la tristeza la invadía. “No sé todas las respuestas, pero sé que no quiero enfrentar esto sola. Siempre hemos sido un equipo.”

“Pero la vida es complicada, Begoña. Hay tantas cosas en juego. La situación en el pueblo, nuestras luchas… ¿podemos permitirnos traer un niño a este mundo?”

Las palabras de Andrés resonaron en su mente. “¿Y si no lo hacemos? ¿Y si nos arrepentimos de no haberlo intentado?” Begoña se acercó a él, tomando sus manos. “Este niño será parte de nosotros, de nuestra historia. No podemos dejar que el miedo nos paralice.”

Andrés cerró los ojos, y Begoña pudo ver la lucha interna que estaba teniendo. “No quiero ser un padre ausente. He visto lo que pasa cuando no hay un hogar estable. No quiero que nuestro hijo sufra.”

“Y tampoco lo hará si estamos juntos. Podemos encontrar la manera de hacerlo funcionar. Juntos.” Begoña sintió que las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, pero se contuvo. “No estoy pidiéndote que tengas todas las respuestas ahora. Solo quiero que estemos en esto juntos.”

Andrés abrió los ojos y la miró, y en su mirada había un destello de comprensión. “Tienes razón. No podemos dejar que el miedo nos controle. Si decidimos tener este bebé, lo haremos juntos, pase lo que pase.”

Begoña sintió que un peso se levantaba de su pecho. “¿Entonces estás de acuerdo? ¿Quieres ser parte de esto?”

Andrés asintió lentamente, una sonrisa tímida comenzando a formarse en su rostro. “Sí, quiero ser parte de esto. Quiero ser el mejor padre que pueda ser.”

Las lágrimas de Begoña finalmente brotaron, y ella se lanzó a sus brazos. “Gracias, Andrés. Esto significa todo para mí.”

Andrés la abrazó con fuerza, dejando que el momento los envolviera. “Lo vamos a lograr, Begoña. Vamos a encontrar la manera. Te prometo que estaré aquí para ti y para nuestro hijo.”

Mientras se abrazaban, Begoña sintió que la esperanza comenzaba a florecer en su corazón. Sabía que el camino sería difícil, pero al menos no tendrían que enfrentarlo solos. “Juntos”, susurró, y Andrés asintió, su sonrisa creciendo.

“Juntos”, repitió él, y en ese momento, Begoña supo que, sin importar lo que viniera, tendrían la fuerza para superar cualquier obstáculo.

La noche se cerraba sobre el pueblo, pero en el interior de su hogar, una nueva vida comenzaba a tomar forma. Con cada latido de su corazón, Begoña sentía la promesa de un futuro lleno de amor y esperanza.