El avance semanal de Sueños de Libertad correspondiente a los capítulos 408 y 409, que se emitirán el lunes 6 y martes 7 de octubre, nos sumerge en un torbellino de emociones, revelaciones y giros inesperados que marcarán un antes y un después en la historia. Gabriel descubre que será padre, pero su reacción ante Begoña deja ver un lado cruel e insensible que nadie imaginaba. Mientras tanto, los demás personajes enfrentan sus propios dilemas entre la esperanza y el dolor.

El episodio comienza recordando los sucesos del viernes anterior: Cristina intenta arreglar las cosas con Luz, Gaspar y Manuela logran reconciliarse, y Pelayo le reprocha a Marta haber revelado a Andrés el secreto de Santiago. En medio de estos conflictos, algunos de los problemas de la fábrica parecen encaminarse hacia la solución. Irene pide ayuda a Damián para encontrar a José, mientras Raúl decide asistir al entrenamiento como piloto, persiguiendo un sueño que llevaba tiempo guardado. Por otro lado, Luis y Luz protagonizan una fuerte discusión, y Begoña empieza a sospechar que está embarazada, aunque decide no contárselo a Gabriel.

El lunes, en el capítulo 408, Damián recibe en su casa al sargento Sabalza. Con su característica astucia, intenta negociar con él para conseguir la liberación de José, tal como Irene le había pedido. Sin embargo, Sabalza, consciente del riesgo que implicaría involucrarse, rechaza cualquier trato y se marcha sin ofrecer soluciones. En paralelo, Ema Govantes llega a la colonia. Su presencia causa revuelo entre Carmen y Gema, quienes aprovechan la oportunidad para proponerle convertirse en la imagen de la nueva campaña de Perfumerías Reina, Pasión Oculta. La actriz, halagada pero prudente, promete consultarlo con su representante.

Mientras tanto, Marta atraviesa una transformación personal. Finalmente reconoce que necesita retomar el control de su vida y dejar atrás su dependencia del alcohol. Conmovida, se disculpa ante Pelayo y le agradece su constante apoyo. Reconciliados, ella promete convertirse en la esposa ejemplar que se espera de un político de su posición. Su primera prueba será acompañarlo a Madrid durante unos días para asistir a reuniones con figuras influyentes del ámbito político y empresarial.

En la fábrica, Gabriel intenta ganarse la confianza de Tacio, ahora convertido en director, mientras teje sus propias estrategias. Por otro lado, Digna se reencuentra con Andrés y le pide perdón por no haberle creído cuando le advirtió sobre don Pedro. Durante la conversación, se da cuenta de que su sobrino aún desconoce la verdad sobre lo ocurrido con su hermano Jesús. Por eso, más tarde acude a ver a Damián para insistirle en que tanto Andrés como Marta deben conocer toda la verdad. Aunque Damián se resiste, termina dejándole la decisión a ella.

En el invernadero, Luz da un paso valiente hacia la reconciliación con su marido. Siguiendo el consejo de Begoña, le habla con sinceridad sobre sus sentimientos, lo que culmina en un reencuentro emocional que pone fin a las tensiones. Sin embargo, en la casa grande, el ambiente vuelve a tornarse oscuro cuando el sargento Sabalza reaparece. Damián, decidido a resolver el asunto, adopta un nuevo enfoque: le habla abiertamente sobre su implicación en la desaparición de José y le propone un acuerdo. Sabalza, con frialdad y codicia, le exige medio millón de pesetas a cambio de su libertad. Damián, atrapado entre el deber y la desesperación, acepta.

Mientras tanto, en el dispensario, Begoña recibe los resultados de su prueba de embarazo. El resultado positivo la deja devastada. Su relación con Gabriel es reciente, y ella no se siente preparada para afrontar una maternidad en medio del caos emocional y social que la rodea. Luz intenta consolarla, pero la angustia de Begoña es profunda. El miedo, la confusión y la soledad la invaden. Sabe que, tarde o temprano, tendrá que enfrentar a Gabriel con la verdad.

En el capítulo 409, la tensión se traslada a otro frente: José reaparece misteriosamente en la colonia. Un coche lo abandona herido a la entrada del lugar. Gaspar lo encuentra y lo lleva al dispensario, donde, apenas consciente, pronuncia el nombre de su hija, Cristina. La noticia se propaga rápidamente, y tanto Cristina como Irene acuden para reencontrarse con él en una escena profundamente emotiva. Tras tanto sufrimiento, padre e hijas vuelven a estar juntos.

Mientras esto ocurre, Gabriel descubre que Tacio planea ampliar el acuerdo con los americanos para distribuir los productos de Perfumerías Reina en otras bases del continente. Consciente de que su primo no domina el inglés, se ofrece como mediador en las negociaciones, con el propósito de manipularlas en su propio beneficio. Su ambición parece no tener límites.

En otro momento, Gabriel y Tacio se reúnen con Carmen y la actriz Ema Govantes. Ella acepta ser el rostro de la campaña Pasión Oculta, pero exige un pago mucho mayor al acordado. Tacio, seducido por la oportunidad de éxito, termina cediendo. Por su parte, Raúl ve cumplido su sueño cuando recibe una oferta para correr como piloto en la escudería de Eliberto Sánchez. Sin embargo, al compartir la noticia con Claudia, ella reacciona con frialdad y le confiesa que don Pedro le dejó un sueldo vitalicio. Su intención es protegerlo, pero su revelación termina distanciándolos aún más. Raúl se siente traicionado y herido por la desconfianza de su pareja.

En el dispensario, Luz alerta a Irene y Cristina sobre la gravedad del estado de José y sugiere trasladarlo al hospital de Toledo. Ellas, temiendo atraer atención indeseada, prefieren mantenerlo oculto hasta que se recupere. Cristina se compromete a cuidarlo en el apartamento del dispensario, dispuesta a no separarse de su padre.

La historia culmina con una escena cargada de emoción: Digna, abrumada por la culpa y el remordimiento, decide reunir a Begoña y Andrés para confesarles la verdad sobre la muerte de Jesús. Entre lágrimas, revela los detalles del trágico suceso mientras ambos escuchan conmocionados. Esa confesión marcará un antes y un después en sus vidas, abriendo heridas que creían cerradas.

En los minutos finales, José y Cristina tienen por fin una conversación íntima como padre e hija, llena de ternura y esperanza. Con don Pedro fuera de escena, su futuro parece por primera vez prometedor. Sin embargo, sobre todos los personajes pesa la sombra de Gabriel, cuya frialdad y ambición lo convierten en el centro oscuro de la historia. Lo que parecía un sueño de libertad empieza a tornarse una pesadilla donde el amor, la verdad y la traición se enfrentan sin piedad.