Avance Sueños de Libertad, capítulo 405: «Santiago está muerto». Marta lo confiesa todo
En el capítulo 406 de Sueños de Libertad, la tensión alcanza un punto insoportable, mostrando cómo los secretos acumulados empiezan a fracturar relaciones, a desatar venganzas y a arrastrar a los personajes a un abismo emocional sin retorno. Todo se inicia con la confesión que Marta guarda en silencio desde hace demasiado tiempo: la verdad sobre la muerte de Santiago.
La escena se abre con Isabel al teléfono, sujetando el auricular con una mano temblorosa. No es miedo lo que la sacude, sino una furia helada que parece querer atravesar las paredes. Al otro lado está Damián de la Reina, el patriarca que ha mantenido un férreo control sobre su familia y su negocio. Isabel, decidida a soltar una bomba que puede arrasar con todo, está a punto de delatar a Gabriel, el hombre que ha sido a la vez su cómplice y su perdición.
Gabriel observa, desesperado, consciente de que cada palabra que ella pronuncie puede ser el final de su plan de venganza y de la frágil lealtad que aún la une a él. Su súplica es muda, un ruego con los ojos que contrasta con el tono helado de Isabel. Ella está dispuesta a revelar que Gabriel ha mentido, que no es quien aparenta ser. Pero en el último segundo, él juega su última carta: el recuerdo del plan que los unió. La mención a esa venganza compartida logra tambalearla. Isabel se debate entre traicionarlo o seguir siendo parte de la conspiración que la consume. Finalmente, cede. Le dice a Damián que todo ha sido una confusión y cuelga, extenuada, sintiendo que una vez más Gabriel ha ganado la partida.
El enfrentamiento entre ellos continúa tras la llamada. Isabel lo acusa de mentiras, de su relación con Begoña, mientras Gabriel justifica todo como parte de un plan mayor: infiltrarse en Perfumerías De la Reina para desmantelarla desde dentro. Expone una estrategia de manipulación calculada, en la que los De la Reina caerán por sus propios secretos y discordias, hasta que él y ella puedan reclamar las cenizas. Isabel, confundida, no sabe si creerlo o romper definitivamente con él. Su corazón dividido entre el amor y el deseo de venganza la empuja a rendirse, aunque las dudas persisten. Gabriel, astuto, la convence de marcharse a París, prometiéndole que allí jugará un papel crucial sin exponerse al peligro directo. Con esa maniobra, se asegura de tenerla controlada a distancia.
Mientras tanto, en la casa de los Carpena, Irene y su hija Cristina hurgan en las pertenencias de José, buscando respuestas sobre su desaparición. Entre papeles y cartas, descubren una cartilla de ahorros con retiradas sospechosas de dinero en efectivo. El patrón sugiere un pago regular, quizá un chantaje o una deuda. Con la ayuda del detective Ángel Ruiz, descubren que esas entregas estaban ligadas a un sargento de la Benemérita, Pablo Zabalza, un hombre con fama de corrupto. La desaparición de José deja de ser un asunto privado para transformarse en una peligrosa trama de corrupción.

Al mismo tiempo, Carmen y Gema enfrentan el reto de sostener la tienda y la línea de perfumes “Pasión oculta” en ausencia de Marta. El éxito del producto sorprende a todos, y la llamada de la actriz Emma Govantes, fascinada con la fragancia, abre una oportunidad de oro para impulsar la marca. Carmen ve en ello una visión para consolidar el futuro de la empresa, aunque Tasio se muestra reticente al considerar el alto riesgo económico de vincular a la actriz con el perfume.
Por otra parte, Cristina enfrenta una encrucijada personal. Su madre le pide que se mude con ella para no quedarse sola, pero Cristina siente que su destino está en otro lugar. Su sueño es ir a Grasse, la capital mundial del perfume, formarse y convertirse en una creadora independiente. Para ello, toma la decisión de vender sus acciones en la fábrica, una medida que podría desatar tensiones familiares al alterar el equilibrio de poder en Perfumerías De la Reina.
En otro frente, Begoña se muestra cada vez más desconfiada de Gabriel. Un ramo de rosas rojas, enviado como gesto de reconciliación, no logra calmar su creciente sospecha de que él oculta algo. Luz, con su habitual franqueza, la anima a exigir la verdad. La desconfianza empieza a extenderse también a Andrés, quien alerta a Damián sobre las incoherencias de Gabriel y sospecha que oculta una relación paralela. La tensión familiar aumenta, y María, cómplice de Gabriel, intenta advertirle de que sus mentiras están al borde de salir a la luz.
Entre tanto, Marta, sumida en la culpa y el dolor, se refugia en el alcohol. Su vida se ha vuelto insoportable desde la muerte de Santiago, un hecho que la consume día y noche. Cuando su sobrina Julia la sorprende en la cocina y la convence de preparar un bizcocho juntas, Marta revive recuerdos dolorosos de Fina y de todo lo perdido. La ternura de la niña contrasta con su abismo interior, provocando un desbordamiento emocional que revela la magnitud de su sufrimiento. Su confesión, aunque disfrazada de lágrimas ante la inocencia de Julia, deja entrever que guarda un secreto insoportable que pronto saldrá a la luz.
La historia del capítulo 406 se teje entre secretos, venganzas y decisiones que cambian destinos. Marta está al límite, a punto de confesar lo que ocurrió con Santiago. Gabriel sigue manipulando a quienes lo rodean para sostener su plan de destrucción contra los De la Reina, mientras las Carpena descubren que la desaparición de José está ligada a una trama peligrosa. Begoña, Cristina, Irene y Carmen enfrentan sus propias batallas, cada una en busca de respuestas, libertad o un nuevo futuro. La verdad, sin embargo, amenaza con arrasar todo a su paso, y lo que está por venir promete sacudir los cimientos de la colonia.